turquía - Los tripulantes de un barco turco de salvamento marítimo se encontraban con una sorpresa en el rodaje de un documental para la televisión pública. Una joya de la Segunda Guerra Mundial en aguas del Mar Negro apareció a pocos kilómetros mar adentro de las costas de Estambul, gracias a una cámara acuática que sumergen para rastrear las profundidades marinas. Desde lejos se intuía un ser similar a una ballena varada, pero cuando se acercaron descubrieron un submarino alemán cuyo paradero siempre fue un misterio y que fue fletado, a comienzos de la guerra, a las costas de Rumanía por el régimen nazi. El hundimiento del submarino, en 1944, fue provocado por sus propios tripulantes para evitar caer en manos de la marina soviética, la llamada operación Barbarroja. Así bautizó el régimen nazi a la operación para invadir la Unión Soviética el 21 de junio de 1941, cuando tres millones de hombres y más de 3.000 tanques avanzaron hasta Leningrado, Moscú y el sur de Ucrania, lo que acabó con la retirada de las tropas alemanas.