Colombia. Pedro Pablo Santo Domingo, un joven colombiano de 22 años, se estrenó como padre hace escasamente un mes. Tan significativo momento embargó de emoción al hombre, quien decidió inmortalizarlo con un tatuaje con el nombre del pequeño en plena espalda. De esta manera se tatuó la palabra Benjamín a gran tamaño ocupando buena parte de la espalda. Tras haberse decorado la espalda, el hombre encontró un mensaje en el teléfono móvil de su mujer. Todas las ilusiones depositadas en su nuevo proyecto de vida se esfumaron en un abrir y cerrar de ojos. En su WhatsApp, Santo Domingo pudo leer que su esposa se mensajeaba con su exnovio y le aseguraba que el hijo que acaba de tener era suyo. La mujer de Santo Domingo estaba dispuesta a regresar con su expareja, tal y como informa el medio local colombiano TelefeNoticias. Una prueba de ADN posterior demostró que las afirmaciones de su pareja eran correctas. Efectivamente, él no era el padre biológico de Benjamín.