El tribunal del distrito de Ikrianoe, de la región rusa de Astracán, obligó a un ganadero a calmar a su manada de camellos, que pasea por las zonas pobladas destruyendo los gasoductos, las tumbas y las verjas. “La demanda de imponer responsabilidad sobre el debido cuidado a los animales de ganadería fue satisfecha”, declaró a medios locales un representante del tribunal y añadió que la decisión todavía no entró en vigor. El ganadero jubilado se compró una manada de camellos hace unos años y, según los vecinos, los animales pasean por las aldeas libremente, destruyéndolo todo a su paso. En verano había unos 60 animales y para noviembre la manada se expandió hasta los 80. Las multas impuestas al ganadero no surtieron efecto, por lo cual la administración local recurrió al tribunal.