Una joven de Glasgow (Escocia) llamada Karen Peat compartió unas impactantes imágenes de su mano a través de su cuenta de Facebook tras ser víctima de una infección potencialmente mortal de manera inusual. La mujer reconoció ser una mordedora de uñas compulsiva y, en uno de sus frenéticos "ataques", su manía se le fue de las manos. Minutos después de empezar a mordisquear sus uñas, se dio cuneta de que algo no estaba bien del todo, y tras observar con detenimiento, verificó que el dedo se le hincha lentamente y comenzó a preocuparse. Al instante, el índice duplico su tamaño y se puso de un color amarillo rojizo. Acto seguido, se dirigió al hospital Glasgow Royal Infirmary, donde la situación no mejoró. Una vez ingresó allí, los expertos en salud revisaron sus uñas y, tras comprobar el crítico estado de una de ellas, la interrogaron.

Peat reconoció haber intentado sanar la herida utilizando medicamentos convencionales, pero ninguno de ellos surtió efecto. Los médicos explicaron que su dedo se encontraba plagado por una infección letal que en un principio solo se distribuía por sus uñas, pero que podría haber alcanzado su brazo. Por desgracia, poco después la joven fue diagnosticada con un raro tipo de cáncer. Los médicos sometieron su índice a una serie de cirugías para extirpar las células cancerosas, sin embargo, ya era muy tarde. Solo quedaba una solución para salvar su vida: amputarle el dedo. Tras la traumática experiencia, la joven pidió lo siguiente en redes sociales: "Por favor, deja de morderte las uñas".