osé María Oyón, director y fundador de Centro Navarro de la Audición, responde a algunas cuestiones clave para comprender la importancia de una adecuada atención auditiva. Con más de 30 años de experiencia, inicialmente para una conocida marca de audífonos a nivel nacional y desde 2012 al frente de Centro Navarro de Audición, José María Oyón es un audiólogo que conoce perfectamente bien todos los entresijos de la profesión, tanto desde el punto de vista técnico, como del de atención al paciente, como del sector.

¿Qué le llevó a crear su propio gabinete auditivo?

Llevaba muchos años trabajando para una cadena de franquicias y veía aspectos que no me convencían: la limitación a la hora de elegir las mejores soluciones (sólo se podía trabajar con "las de la casa"), los continuos cambios del equipo, la falta de especialización, el poco tiempo que se le dedicaba al paciente para conocer su caso y adecuar sus audífonos y acompañarle en su adaptación... También, veía los problemas de los más pequeños, que recibían tarde las novedades y no se les ofrecía las tecnologías más punteras, entre otros aspectos.

Me encanta esta profesión y sentía que eso no era lo que yo quería hacer cuando estudié. Así que decidí crear Centro Navarro de la Audición para dar el mejor servicio y atención posible a quienes sufren problemas auditivos.

¿Y cómo es esa manera de trabajar?

Cuidamos de la salud auditiva de nuestros pacientes; no vendemos audífonos. Cuando la audición falla, afecta muchísimo al bienestar del paciente porque repercute en la socialización, el estado anímico, la agilidad mental, la autonomía o la capacidad de aprendizaje (en los más pequeños). Al conocer lo que rodea a los problemas auditivos, que afecta a la vida de quien los sufre y de su entorno, empezamos por ahí. Nuestra atención no empieza por el oído, empieza por la persona.

¿Cómo influye en los resultados?

Influye muchísimo. Muchos llegan con miedos o rechazo. Hay un factor psicológico que atender antes de tratar cada caso para que el paciente esté con una actitud positiva. Después, por supuesto, está toda la parte técnica: estudio de la situación del paciente, búsqueda del tratamiento más adecuado para sus necesidades y estilo de vida, creación de audífonos personalizados, acompañarle en la adaptación para que se habitúe a su uso, hacer un seguimiento cercano para ir viendo la evolución y realizar los ajustes necesarios, etcétera.

Para todo ello, contamos con unas instalaciones diseñadas expresamente para hacer los estudios de audición y del oído del paciente (por ejemplo, con un innovador escáner 3D que hace que podamos tener la forma exacta del canal auditivo del paciente sin introducir ningún tipo de pasta). Después, el tenernos cerca para poder hacer consultas, que le expliquemos el cuidado de los aparatos, que podamos hacerle ajustes conforme su estado auditivo evoluciona, entre otras soluciones.

¿Qué casos tratáis?

Nuestros pacientes acuden con pérdida auditiva (hipoacusia) o con pitidos o zumbidos constantes, que es lo que se conoce como acúfenos o tinnitus. El perfil es cada vez más joven, por estar expuestos a ruidos o volúmenes excesivos o por no haber prestado atención a síntomas importantes derivados de infecciones o medicamentos.

Hay quienes acuden frustrados o decepcionados por malas experiencias o falsas promesas en otros centros. Y, como consecuencia de nuestra especialización y de la búsqueda de tratamientos muy personalizados, también recibimos muchos casos especiales o complejos a los que asimismo ayudamos a mejorar su audición y calidad de vida.

¿Ha cambiado mucho la audiología?

Desde luego. Antes, los audífonos casi se limitaban a aumentar el volumen, como amplificadores. Ahora separan y minimizan el ruido para distinguir los sonidos. Es como si quitaran la niebla para poder ver nítidamente, por buscar un símil visual. Las novedades que incorporamos en nuestros gabinetes y tratamientos son sorprendentes. ¡Nada que ver con lo que había cuando comencé! Tenemos medios de diagnóstico cada vez más precisos y nada molestos para el paciente, los audífonos son súper discretos y personalizados, hasta para los casos más complicados.

Y, también, sabemos que con poner unos audífonos, por muy a medida que sean y muy bien adaptados que estén, no es un trabajo terminado. Esa persona necesitará de nuestro conocimiento y ayuda en el futuro, asesorándole y ayudándole a tener sus audífonos siempre a punto para poder seguir teniendo una buena calidad de vida