Hay zonas de nuestro cuerpo que tienen una sensibilidad especial. Apenas un roce, puede hacernos ver las estrellas. Este es el caso del codo, la articulación que une el brazo y el antebrazo y que está formada por tres huesos: el húmero, el cúbito y el radio.

Si nos golpeamos el codo, por ejemplo, con la manilla de una puerta, un armario o una mesa, tendremos la desagradable sensación de que una corriente eléctrica circula por nuestro brazo.

Pero, ¿a qué se debe ese dolor tan agudo que nos invade de repente?

En contra de lo que cabría pensar, el origen del dolor no está en un hueso, sino en un nervio, el cubital. Este nervio parte de las cervicales, se ramifica por el hombro y el brazo, pasa por detrás del codo y termina en el dedo meñique de la mano.

Es el encargado de que podamos mover la mano y abrir o cerrar el puño. Pero también posee una función sensorial, que faculta a este nervio que podamos sentir las cosquillas en la palma de nuestra mano o el cosquilleo que se siente si te rozan la parte interior del antebrazo.

Cuando llega al codo, el nervio pasa por un pequeño canal de 4mm de longitud conocido como el túnel cubital. En ese punto, el nervio queda atrapado entre el hueso y la piel, con muy poca protección y sin demasiada amortiguación.

A causa del impacto, el nervio cubital se aplasta contra el hueso y nos causa un intenso dolor en forma de calambre y de adormecimiento a lo largo del brazo. Afortunadamente, esta desagradable sensación pasará enseguida y todo se quedará en un momento malo.

Si el dolor persiste durante un tiempo, se recomienda descansar el codo y evitar mover el brazo y aplicar hielo en la zona. Si el dolor no cede, se puede comprimir la zona envolviéndola con un vendaje elástico o una envoltura de compresión. También es conveniente elevar el codo levantándolo por encima del nivel del corazón.

Síndrome del túnel cubital

Por suerte, para la mayoría de las personas se tratará de una sensación pasajera, aunque hay casos, como las personas que sufren del síndrome del túnel cubital, que sienten un dolor semejante al del golpe de forma casi continuada.

Este síndrome, tres veces más frecuente en hombres que en mujeres, es el segundo más habitual en las extremidades superiores, por detrás del síndrome del túnel carpiano, el cual afecta a la cara anterior de la muñeca.

Como curiosidad, entre algunos colectivos como los actores, existe una extraña superstición que dice que, si uno de ellos se golpea el codo y es capaz de aguantar como si nada hubiera pasado, en poco tiempo le llegará un contrato.