Los oídos son la ventana a los sonidos de nuestra vida y por ello debemos cuidarlos para evitar problemas auditivos que nos aíslen del exterior. Visitar a un especialista si notamos molestias, evitar automedicarnos y someternos a revisiones a partir de los 50 años son algunas cuestiones a tener en cuenta conservar una buena audición.

Los más jóvenes suelen pecar de escuchar mucha música y demasiado alta. Lo recomendable es no usar los reproductores durante más de una hora al día y que su volumen no supere el 60%.

En casa debemos evitar utilizar a la vez aparatos que emitan ruido, como es el caso de radios, televisiones o electrodomésticos como lavadoras o aspiradores. Si en el trabajo estás sometido a equipos ruidosos, debes utilizar elementos de protección auditiva.

Debes tener especial cuidado con los oídos cuanto tengas catarro, gripe o algún tipo de infección, ya que ésta es la segunda causa de pérdida de audición. Usar tapones y secarte bien los oídos al salir de la ducha o de la piscina te evitará problemas por la humedad en el conducto auditivo. Nunca debes utilizar bastoncillos de algodón para limpiarte los oídos, ya que puedes dañar la membrana y el interior del oído y provocar tapones.

Un estudio realizado por la compañía de audífonos Oticon, titulado La importancia de la audición: escuchar para cambiar el mundo, trata de concienciar sobre la importancia de cuidar la audición, realizar revisiones periódicas de la misma y consultar con un especialista ante la presencia de signos de pérdida auditiva para poner una solución que evite problemas derivados en caso de no ser tratada.

"El ruido y la toma de determinados fármacos de forma continuada e incontrolada son los dos principales factores de riesgo para nuestra audición. Sin embargo, lo cierto es que por lo general no se le presta demasiada atención y cuidados, sobre todo por parte de los más jóvenes que, además de ser los que menos información tienen, son los que más se exponen: escuchan música con auriculares, van a discotecas, conciertos, etc.", afirma José Luis Blanco, jefe de Audiología de Oticon.

Algunos de los datos más destacados que se extraen de este estudio sobre el conocimiento de la audición en España son:

1- Cómo cuidar la audición. Un 57% de los españoles no tiene suficiente información sobre cómo cuidar su audición, siendo la GenZ, con un 70,9%, la menos informada. El resto de franjas de edad ronda el 50-60%. "Además de seguir una serie de cuidados, como puede ser escuchar música a volúmenes limitados, usar protectores en discotecas o conciertos, es importante acudir de forma periódica, al menos una vez al año, a un especialista en audición, como puede ser el otorrinolaringólogo, audiólogo o audioprotesista, para que pueda revisarla y detectar un posible daño", indica Blanco.

2- Desconocimiento de los riesgos. Un 60% de los españoles no es consciente del riesgo al que exponen a su audición: el 20% piensa que no se exponen a ningún ruido a diario y el 41% cree que escucha perfectamente, por lo que no debería revisarse la audición.

3- Revisiones periódicas. Más de un tercio de los españoles no se ha revisado nunca la audición, siendo los más jóvenes los menos preocupados, pues el 55% de los que tienen entre 18 y 24 años nunca se ha hecho una revisión.

4- Aislamiento social y deterioro cognitivo. El 85% de los españoles destacan la relación de la pérdida auditiva con los problemas de comunicación. Sin embargo, tienen menos en cuenta la relación que existe con el deterioro cognitivo y el riesgo de demencia, algo que se tiene más en cuenta en personas mayores.

En este sentido, llama la atención cómo las mujeres tienen más en cuenta que los hombres el aislamiento social, al igual que sucede con el deterioro cognitivo. "La pérdida auditiva no solo nos pone barreras a la comunicación, sino que tiene diversas consecuencias relacionadas con el cerebro: estas personas tienen más dificultades para orientarse en el entorno y sobrecargan al cerebro realizando un enorme esfuerzo para recordar y dar sentido a los sonidos", explica Sergio Álvarez, jefe de Formación de Oticon.

Es por eso que una pérdida auditiva no tratada puede crear problemas para la vida diaria: aislamiento social, deterioro cognitivo acelerado, caídas, demencia o incluso depresión.

5- Atención profesional. Más de la mitad de los españoles no dudarían a la hora de ponerse un audífono si lo necesitase, aunque una de cada cinco personas esperaría a que realmente fuese un problema, según el mismo estudio. "Lo importante es ponerse en manos de profesionales de forma temprana, con los primeros signos de alerta, para que puedan ofrecerle la mejor solución en función de sus necesidades auditivas y de su estilo de vida. Hoy en día existen audífonos que ayudan al cerebro a completar la escena sonora y a trabajar de forma efectiva", comenta Álvarez.