Dicen los críticos de lo audiovisual que María de Nati es una de las grandes promesas del mundo de la interpretación, y de momento, enlaza una serie con otra. La próxima en la que se le va a ver será Madres, el recién presentado drama hospitalario que ha creado Aitor Gabilondo para Telecinco. Pero el cine también le sonríe a esta jovencísima actriz madrileña, y sus papeles en dos películas de Rodrigo Sorogoyen (Que Dios nos perdone y El reino) llamaron mucho la atención.

Está usted muy metida en el mundo de las plataformas digitales: Todo por el juego en Movistar+ y Terror.App para Flooxer.

Todo es trabajo y todo es trabajo de lo mío. Yo soy actriz y voy donde me llaman o a aquellos proyectos que me proponen y me interesan. Esas dos series que nombras son muy importantes en mi carrera, pero hay otras: Puente Viejo o La víctima número 8, que no son de plataforma, sino de televisión en abierto, y que me ha encantado hacerlas.

Eso de que lo interesante es el proyecto se está convirtiendo en un tópico.

Pero es la verdad, lo que ocurre es que las cosas no están como para ser exquisita y rechazar proyectos porque esperas otro más interesante. Lo que tengo claro es que algunos no los haría nunca.

¿Por ejemplo?

Aquellos que van contra mis principios.

¿Y hay muchos de ese tipo?

Seguro, pero a mí no se me ha presentado ninguno.

¿Cuál de sus últimos proyectos le ha aportado más satisfacciones?

Todos, no descarto ninguno. Quizá Terror.App me ha dado la oportunidad de trabajar en un género que me apasiona, el terror. Nunca lo había hecho y soy fan de él.

¿Le gusta ver terror?

Me encanta, pero paso mucho miedo. Sé que lo que ocurre no es real, aunque en algunos casos podría serlo, pero sí, me da mucho miedo. En esto soy un poco masoquista, pero no puedo remediarlo. Cuanto más miedo me da una película, me parece que es mejor. Soy un poco rarita en eso.

¿Cómo fue la grabación de esa serie para Flooxer?

Dura. Se rodaba de noche y acabábamos muy de madrugada. Pasé frío, porque aunque la hicimos en verano refrescaba por la noche. Lo bueno era que como éramos cinco chicas de la misma edad estuvimos todo el rato riéndonos. Fue una experiencia muy divertida.

Hable de Todo por el juego.

Doy vida a una chica que ha tenido muchos vicios, que en casa muestra una cara con sus padres pero que en realidad oculta muchas cosas. En esta temporada vais a ver a mi personaje, Lucrecia?

Vaya nombre. Históricamente tiene mala fama.

Ja, ja, ja? Es cierto, aunque supongo que no todas las Lucrecias son malas. Te decía que en la última entrega aparezco más madura, más inteligente.

No se puede quejar: le está yendo muy bien en este mundo tan cambiante e inseguro de la interpretación.

No me puedo quejar, no, pero tampoco me apetece pensar si me va bien o me va mal. No quiero relajarme diciéndome que todo va estupendamente, solo intento hacer mi trabajo lo mejor posible. Me gusta lo que hago y sé que tengo que dar el máximo, porque hay mucha gente de mi edad muy buena. La competencia es fuerte y tienes que ponerte las pilas.

¿Es usted muy competitiva?

Como todo el mundo. Perder no me gusta, pero acepto una derrota. Eso sí, si me interesa un proyecto, lucho por él, y si lo consigo le doy todo.

Las plataformas se han convertido en un pulmón de oxígeno para los actores, especialmente los jóvenes.

Son una oportunidad y una puerta abierta también para los que tienen proyectos y son de buena calidad. Yo por ejemplo participé en una webserie que se titulaba Bajo la red y se emitía en una plataforma online. Los nuevos soportes para ver series nos dan trabajo.

¿Qué personajes son los que más le gustan para interpretar o con los que se siente más cómoda?

Me gusta hacer personajes que no se me parezcan. Los que más me cuestan, aunque me gustan, son aquellos que son tímidos y actúan desde dentro.

¿Siempre había querido ser actriz?

Desde pequeña he sido muy pinturera. De hecho, hay un vídeo familiar en el que con siete añitos ya estaba diciendo que quería ser actriz.

Es usted muy joven?

Bueno, tengo ya 22 años.

Lo dicho, muy joven, y ha recorrido un camino bastante largo.

¿Tú crees? Yo pienso que me queda mucho por recorrer. Acepto esta vida cómo es y me gusta lo que me ha salido y lo que está por llegar. El camino es muy largo?

¿Y tiene muchas piedras?

¿Para tropezar? Seguro que sí, pero hay que hacerlo. Supongo que en todas las profesiones el camino es largo y lleno de piedras y obstáculos. Es lo que hay.

¿Había pensado alguna vez en ser algo diferente a actriz?

La verdad es que no. Siempre había soñado con ser cantante o actriz. Al final, había que decidirse y mi camino se ha quedado solo en actriz.

¿Hay más gente en su familia que se dedique a la interpretación?

¡No!, y cuando les dije lo que quería ser, se llevaron las manos a la cabeza y me dijeron: ¡Qué me estás diciendo, niña! No lo entendían, y era lo mismo que si les hubiera dicho que quería ser princesa. No lo entendieron al principio, pero soy muy cabezota y me metí en esto por narices. Ahora me apoyan totalmente.

¿No se ha subido nunca a un escenario?

Es una asignatura pendiente, mi reto, y también es cierto que me impone más. El cine y la televisión me resultan más cercanos, pero lo del público ahí delante, siguiendo cada paso que das, me parece mucho más difícil. No sé, supongo que con el tiempo surgirá algo y también tendré mi oportunidad en ese medio.

¿Se siente identificada con los personajes que interpreta?

Todos tienen algo de mí e intento hacerlos desde dentro, pero desde luego que ninguno cuenta mi historia. No me identifico con sus vivencias, y sí lo hago, aunque solo sea en cierta forma, es con la manera en la que esos personajes afrontan sus propios dramas.

¿Cuál es, de los que ha hecho, el que más se acerca a usted y el que más se aleja?

Quizá el que más Edurne, de La víctima número 8. Ese personaje era muy testarudo, como yo. Edurne creía en la inocencia de su pareja y luchaba por ella en aquella historia que se vio en Telemadrid y ETB-2. A mí me pasa lo mismo cuando creo firmemente en algo o en alguna persona; nunca temo las consecuencias en esos casos y no sé si eso es algo bueno o malo.

¿Y el que menos se le parece?

El que hice en una película para Telecinco, Si yo fuera rico. Hago de una chica que trabaja en un supermercado y es muy alocada. No se parece nada a mí y es como si tuviera la cabeza volando todo el tiempo.

Era usted una niña cuando dio vida a Prado en El secreto de Puente Viejo. ¿Cómo le llegó esa oportunidad?

Niña, una niña no, era una adolescente. Pues hice un casting y me dijeron: Vamos a ver qué pasa. Nos has gustado mucho, pero vamos a ver si encaja el perfil.

¿Tenía esperanzas?

Sí. Pero siempre valoro los pros y los contras. La espera se me hizo larga, y eso que solo tardaron una semana en decirme que estaba dentro. Estuve trabajando en la serie nueve meses y la verdad es que fue mi escuela.

¿Porque era una serie diaria?

No tenía tiempo ni para respirar. Además, casi no tenía experiencia, y esta oportunidad me hizo mirar de frente a lo que me gustaba. Estaba terminando Bachiller y tenía que tomar una decisión. Entrar en esa serie fue el impulso que necesitaba para meterme de lleno en esto.

¿Por dónde hubiera tirado de no haber entrado en Puente Viejo?

Obviamente, hubiera estudiado una carrera. De hecho, estaba pensando en hacer Criminología, pero puedo asegurar que no hubiera sido feliz en ella. Mi felicidad estaba, y está, en lo que hago, en ser actriz y en meterme en la piel de todas esas chicas a las que doy vida y a las que quiero como si fueran mis mejores amigas.

Apasionada sí que parece...

Lo soy, lo soy. A veces me apasiono demasiado con todo y no sé si es bueno, pero mientras dura esa pasión, yo disfruto mucho.

¿Y qué pasa con lo de cantar?

Cantante no soy, solo lo intento, aunque me gusta mucho. Ya digo que ha pesado más la interpretación porque ha sido un camino que se me ha hecho bastante más fácil. Intenté hacer un par cosas en el mundo de la canción, pero no me salieron.

Y dicen por ahí que le gusta el fútbol...

Me encanta. De pequeña jugaba al fútbol y es un deporte que me gusta mucho, para verlo y para practicarlo.

¿Algún equipo en especial?

El Real Madrid. Toda mi familia es del Real Madrid, así que no me quedaba otra, no iba a ir a la contra. Pero tampoco soy una forofa fanática ni nada por el estilo: ni grito ni canto las canciones.

Personal

Edad: 22 años.

Lugar de nacimiento: Madrid.

Familia: Es pareja del actor argentino Lucas Velasco.

Trayectoria: Empezó en Águila Roja, después viajó a Puente Viejo para ser la dulce Prado y también sorprendió en las dos películas de Rodrigo Sorogoyen, Que Dios nos perdone, en la piel de una adolescente rebelde, y en El reino, como hija de Antonio de la Torre. Es chica Disney y ha protagonizado cuatro series: Bajo la red, Todo por el juego, La víctima número 8 y Terror.App. Su próximo proyecto es Madres.