Una de las curiosidades de nuestro calendario, son los años bisiestos. Esta particularidad se produce una vez cada cuatro años y suman un día más a los 365, con los que ya contamos.

La práctica de incluir un día adicional arranca por la creación del calendario juliano y un expreso decreto del emperador romano Julio César. Este calendario romano creó la directiva de añadir un día adicional, por cada cuatro años dejando una fórmula con cierta complicación a la hora de concretar una fecha muy concreta, el 29 de febrero.

Algo que sí se simboliza con los años bisiestos son las ranas. En inglés, año bisiesto es “leap”, lo que también significa salta, de ahí la simpática asociación con estos años “anfibios”. Las personas que han nacido el 29 de febrero son, en ocasiones, reconocidos o apodados como ‘saltadores’, aunque dentro de lo relativo, las probabilidades de nacer en un día bisiesto son 1 entre 1500.

29 de febrero

No obstante, nacer en los ‘años tropicales’ puede que no sea tan poco común. Personas como Paul Erman, Mark Foster o Pedro Sánchez son algunas de las personas que gozan de esta particularidad, aunque posiblemente, con un cumpleaños fuera de lo normal.

También se han dado algunos eventos, a lo largo de la historia, que han marcado un antes y después en los años bisiestos. El Titánic se hundió en 1912. Benjamin Franklin demostró los fenómenos eléctricos en 1753 o el descubrimiento de California, EE. UU, también fue en año bisiesto, concretamente en 1848.

Según los últimos estudios, los próximos años bisiestos son 2024, 2028, 2032 y así siempre, sumando cuatro, todo queda a la suerte de los más afortunados.