Es posible asomarse a la ventana de tu propia casa y tener cada día una vista distinta. Basta con construirla sobre una plataforma giratoria. Es lo que ha hecho Vojin Kusic, un empresario de 72 años en la pequeña localidad bosnia de Srbac. Kusic se cansó de que su esposa se quejara de las vistas que tenía su casa en medio del campo y decidió buscar una solución de lo más imaginativa.

Tras seis años de trabajo (interrumpidos por un problema cardiaco), el bosnio completó la casa giratoria, de 56 metros cuadrados, que puede convertirse en un girasol para elegir en todo momento qué estancias quieren tener más iluminadas. La plataforma, compuesta de hormigón y engranajes y situada bajo la casa, mide 7 metros y ha sido diseñada por el propio Kusic. Y tiene la ventaja de que puede girar a la velocidad que sus dueños quieran: la vivienda es capaz de dar una vuelta completa en sólo 22 segundos, pero si apenas quieren percibir el movimiento también puede tardar 24 horas.

De este modo, la mujer de Kusic, la que elige las vistas, puede escoger si cuando se asoma a la ventana quiere ver campos de maíz, un bosque, un río o tierras de cultivo.

Para que el giro de 360 grados no cause problemas, la casa cuenta con los desagües y las instalaciones eléctricas en la zona central, con lo que no se ven afectados por el movimiento.