Las motos se están convirtiendo en una alternativa clara y contundente a los coches para circular por la ciudad por su maniobrabilidad, facilidad de aparcamiento y menor gasto en gasolina. Además, su costo es mucho menor y su mantenimiento requiere menores desembolsos.

Y dentro de las motocicletas, el mercado de las motos eléctricas ha experimentado un fuerte tirón, duplicando casi las ventas. Según datos de AMV, empresa de comercialización on line de seguros de motos, las matriculaciones de motocicletas eléctricas en el primer trimestre del 2022 han aumentado un 94 % con respecto al mismo periodo del año pasado, mientras que las de ciclomotores eléctricos lo han hecho en un 88 %.

Actualmente, según la patronal de seguros Unespa ya circulan por las carreteras españolas más de 80.000 motocicletas y ciclomotores eléctricos.

Los precios son variados, pero rondan los 5.000-6000 euros en la gama media, aunque hay algunos pocos modelos algo más baratos. La gama más alta se sitúa entre 9.000 y 12.000 euros, aunque también hay caprichos más caros.

Las motos eléctricas tienen como ventaja más evidente el ahorro de combustible, pero además disponen de otros puntos a su favor como coste por kilómetro menor, revisiones y mantenimiento más baratos, incentivos para su compra, estacionamiento gratuito o con tarifas reducidas, posibilidad de libre circulación en zonas céntricas, autorización para transitar por carriles especiales, etc.

Ahorro de combustible

Se trata seguramente, y dadas las circunstancias actuales, de una de las mayores ventajas que tienen las motos eléctricas frente a cualquier otro vehículo de gasolina. Recargar una moto eléctrica es hasta cuatro veces más barato que llenar el depósito de combustible de un modelo de 125 cc. Además, es conveniente saber que existen multitud de puntos de recarga gratuitos, tanto en oficinas como en centros comerciales, así como en hoteles y aeropuertos.

Mantenimiento

Los motores eléctricos son mecánicamente más sencillos que los de combustión y actualmente igual de fiables. Tienen menos piezas móviles que se puedan averiar y que, por tanto, nos hagan ir al taller con el coste que esto supone. Además, sus periodos de mantenimiento son más largos que las motos tradicionales.

Autonomía y maniobrabilidad

Las actuales suelen tener una autonomía de unos 100 kilómetros, lo que las convierten en uno de los vehículos favoritos en las grandes ciudades. Además, cuentan con otra ventaja, que son las baterías extraíbles, lo que nos permite, además de trasladarlas fácilmente y poder recargarlas en nuestra propia casa. En caso de un viaje un poco

más largo se puede llevar en el portamaletas. La maniobrabilidad es mayor que las convencionales.

Etiqueta ambiental

Según la clasificación de la Dirección General de Tráfico, las motos y ciclomotores eléctricos pueden lucir la etiqueta ambiental azul de 0 emisiones. Esto nos permitirá circular en episodios de alta contaminación y también movernos en zonas de bajas emisiones de las grandes ciudades. Por supuesto la contaminación ambiental y acústica es considerablemente menor.

Menor gasto en impuestos y aparcamiento

El ahorro no solo viene del combustible y el mantenimiento, también viene vía aparcamiento e impuestos. Dependerá un poco de la ciudad en la que nos hallemos y su normativa municipal, pero normalmente suelen poder estacionar de forma gratuita o con una tarifa muy reducida en las zonas reguladas.

En cuanto a los impuestos, no pagan impuesto de tracción mecánica, también conocido como el impuesto de circulación, o se le aplica importantes descuentos o bonificaciones. Tampoco impuesto de matriculación.

Ayudas en la compra

Las motocicletas y ciclomotores eléctricos tienen importantes ayudas para su compra por parte del Estado y de los Ayuntamientos. Los concesionarios son de gran ayuda en estos casos, informándonos de cuál es el plan al que nos podemos acoger en cada momento. En el estatal hay ayudas de hasta 1.300 euros con el Plan Moves III. En lo relativo a la contratación del seguro, las motos eléctricas tienen mayores descuentos, en algunos casos, como en AMV, de hasta la mitad de la prima anual.