Está considerado uno de los faros más bonitos de España. Bañado por las aguas cristalinas del mar cantábrico y rodeado por altos acantilados, El Faro del Caballo de Santoña se ubica en la región de Cantabria. Se puede llegar a este rincón espectacular por dos vías: en barco o a pie.

El lugar fue sin lugar a dudas construido para impresionar, te dejará sin aliento desde el minuto uno. Además, en la localidad de Santoña podrás disfrutar de la increíble gastronomía cántabra. Las anchoas son el producto local más famoso, un aperitivo muy rico que puedes tomar a modo de almuerzo o si lo prefieres, puedes comprar en latas de conserva. El cocido montañés también es un plato típico de la zona del Valle de Cabuérniga. Está hecho de alubias blancas, berza, costilla adobada, tocino, chorizo y morcilla.

Este idílico lugar fue construido en 1863 dentro de la península del Monte Buciero en Santoña. Sin duda su paisaje te dejará sin aliento, pero no solo por su maravillosa vista sino por las 700 escaleras que hay que descender si decidimos recorrer la ruta a pie.

Si te has animado a realizar la excursión de senderismo, su comienzo tiene lugar desde el final del paseo Pereda de Santoña. Es una avenida a pie de mar en la que se puede ver la playa. Al final del camino debemos seguir las indicaciones de un cartel que nos señala las opciones que tenemos en el monte Buciero.

Lo siguiente que tendremos que hacer es subir por unas escaleras que nos llevan al Fuerte San Martín. En este punto es tan fácil como seguir las indicaciones que nos dirigen al Faro del Caballo. El camino es una pista ancha entre bosques y acantilados que recorreremos durante unos tres kilómetros. Ahora bien, una vez hayamos recorrido el sendero, la cosa se complica y nos tendremos que enfrentar a las 700 escaleras excavadas en roca y de un tamaño considerable. Hay que tener cuidado porque la pendiente de las escaleras es espectacular. Pero eso sí, una vez lleguemos tendremos una maravillosa recompensa.

Si el día acompaña, puedes descender unas escaleras más y darte un chapuzón. Sin duda no te olvides de traerte la toalla y el bikini contigo para refrescarte y a la vez que disfrutas del entorno rodeado de escarpados acantilados y aguas azul turquesa.

Cuando hayamos decidido abandonar el lugar, lamentablemente tendremos que retomar los tediosos escalones para finalizar nuestra ruta. Existe la opción de no volver por el mismo sitio por el que has venido y tomar un pequeño atajo. En el cruce que hemos tomado para descender tendremos que girar a la izquierda a través de un bosque que nos dirige al otro lado del Monte Buciero y nos ahorra unos cuantos kilómetros.

Si no nos atrevemos a ir andando o preferimos una excursión más relajada, desde el Pasaje de Santoña, justo frente al monumento Juan de la Cosa y la Oficina de Información Turística de la Villa, salen y llegan los barcos que llevan al Faro del Caballo. El recorrido dura una hora y media y puedes comprar los tickets de forma online, así te asegurarás tu sitio en la fecha y hora que mejor te venga. En época estival las excursiones salen diariamente, con varias salidas durante el día.

Sin embargo, tienes que saber que este lugar se ha popularizado mucho en los últimos años, por lo que los fines de semana durante la temporada alta suele estar lleno de gente. Así que, si no quieres encontrarte el lugar abarrotado de gente, lo ideal es visitarlo entre semana o en temporada baja.