Osasuna ha sumado un punto en Cádiz gracias a la intervención del VAR para que Budimir firmara el empate con un gol de penalti señalado por Martínez Munuera tras más de dos minutos de revisión de una leve mano de Mbaye a remate desviado del Chimy Ávila. Fue así como el croata niveló el tanto de Roger con el que el cuadro local se había adelantado en el marcador en una nefasta primera parte del conjunto navarro, aunque, eso sí, haciendo justicia a la reacción de los pupilos de Jagoba Arrasate en el segundo acto del choque, en el que fabricaron varias ocasiones para marcar. La más claras, sendos remates casi consecutivos de Rubén García y el Chimy Ávila en los minutos 56 y 57 que desvió con dos grandes intervenciones el portero Conan Ledesma, y un tercero de Moi Gómez a bocajarro en el que el balón se estrelló en el pecho de Iza Carcelén con el guardameta del Cádiz ya batido.

La cuestión es que, para empatar, Osasuna necesitó la colaboración de un árbitro, Juan Martínez Munuera, del que los rojillos no guardaban buen recuerdo, ya que el trencilla alicantino le birló esta misma temporada un gol a David García en el partido contra el Atlético de Madrid en El Sadar (el que hubiera supuesto el 1-1 de un partido que terminó 0-2), duelo en el que además expulsó a Jagoba Arrasate. Sin embargo, tomó una decisión de la que jugadores y técnico del Cádiz se quejaron amargamente a la conclusión del encuentro y de la que Budimir sacó provecho para anotar su octavo gol en lo que va de Liga (acumula un promedio de uno cada dos partidos).

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En pleno acoso rojillo en busca de la igualada, el Chimy Ávila remató forzado un buen servicio de Juan Cruz desde la banda izquierda. Fue el argentino el primero en protestar que el balón había rozado la mano de Mbaye, aunque la repetición demostró que el toque había sido tan leve que ni siquiera desvió la trayectoria del esférico, que se marchó muy desviado. Parecía que la acción iba a quedar en nada, pero Martínez Munuera, que había señalado saque de puerta, paró el partido porque algo le estaban diciendo desde el VAR, del que ayer era responsable el recién ascendido Mateo Busquets Ferrer, colegiado adscrito al Comité balear.

La conversación entre árbitros acabó con Martínez Munuera revisando la jugada en el monitor y pitando penalti. Pasaron dos minutos entre la mano y la señalización de la misma, y otro más hasta que Budimir lo anotó. Un punto de VAR.