Los dibujos animados divierten a los más pequeños. Dentro de esta categoría, existen diferentes obras, cada una con sus peculiaridades. 'Grizzy y los Lemmings' son un claro ejemplo de ello. ¿Puede un oso y unos ratones ganarse a los telespectadores sin mediar palabra? La respuesta es sí. Estos personajes han logrado con tan solo unos gestos hacerse un hueco en la parrilla televisiva. Su creador, un francés que, según apuntan, no tenía nada que hacer, creó estos dibujos animados y decidió que como los protagonistas eran animales estos no tenían que hablar. Esta serie ha dado la vuelta al mundo y desde que se emitió por primera vez en 2015, suma ya tres temporadas y 234 episodios, todos ellos de siete minutos de duración. En el Estado español puede seguirse a través de las plataformas de Netflix y HBO.

Aunque el francés Josselin Charier diseñase estos dibujos, este quiso que la trama se desarrollase en Canadá. Además, es atractiva gracias a su diseño 3D lo que hace que el bosque en el que viven el oso y los ratones parezca real. El oso se llama Grizzy y es amante de la vida relajada y las comodidades, y también le gusta apoderarse de lo que no es suyo. Es el rey de la reserva natural y cuando cada fin de semana el guardabosques deja su cabaña, este decide mudarse allí para disfrutar de su televisión por cable, el aire acondicionado y la nevera llena de comida. Sin embargo, no es el único interesado de la buena vida. Los Lemmings, una pandilla de ratones peludos, también invaden la cabaña cuando pueden y estos, al querer apropiarse del lugar, lo único que hacen es molestar al oso para destronarle y ser los únicos que puedan disfrutar de todos los lujos. 

Durante los siete minutos de duración de los capítulos, el humor nunca falta. Aunque no tengan diálogos, los más pequeños, tan solo con las imágenes, pueden deducir lo que podrían estar diciéndose entre ellos. Pueden ver al oso preparando un festín, usando el móvil para jugar, haciendo deporte para impresionar a una osa, usando la aspiradora para darse masajes… Y en todas estas situaciones están los Lemmings, que no tienen otra cosa que hacer que complicar la vida de Grizzy, o hacerla más interesante, según se mire. Si el oso busca tranquilidad en la cabaña, los pequeños roedores prefieren utilizarla como una zona de juegos multiusos. En 'Grizzy y los Lemmings' la diversión está asegurada. 

Esta serie está ambientada en Canadá.

Curiosidades de los Lemmings

Los Lemmings existen de verdad, no son unos animales que haya creado Josselin Charier. Se trata de una de una tribu de roedores que habitan en el norte del continente americano y se alimentan, principalmente de hierba, raíces y frutos. Son similares a los hámsters y hay cuatro especies de lemmings: con collar, lemmings "verdaderos", de madera o de espalda roja y lemmings de pantano. Todos ellos se encuentran en las partes más frías del norte de Eurasia y América del Norte. Son fáciles de identificar porque chillan cuando deben permanecer en silencio. Son violentos, tienen dientes y una cola muy larga. También son agresivos y desagradables. Los machos se distinguen de las hembras por ser más grandes. Son enemigos de las gaviotas, el oso polar, el búho, el halcón y el zorro ártico, entre otros. 

Además, este mamífero construye túneles y pozos que le sirven como madriguera y depósito para realizar el aprovisionamiento de alimentos. Es aquí donde estos roedores encuentran el calor y la seguridad necesaria para cuidarse del frío extremo. Aunque vive en colonias grandes, normalmente el mamífero sale individualmente a buscar comida, abandonando en algunos casos el sitio donde habita.

En la vida real, tienen un color brillante rojizo y pueden también ser naranjas. Durante años se ha hablado de que los Lemmings se suelen suicidar en grupo arrojándose al mar como parte de un mecanismo de autorregulación de la naturaleza. Esto se ve claramente en el galardonado documental de Disney de 1958 llamado 'White Wilderness', se muestran docenas de Lemmings cayendo por un acantilado, rebotando en las rocas y aterrizando en el mar, donde luchan contra las olas. Sin embargo, al transcurrir los años se desmintió este mito y se comprobó que ellos actuaban de esa manera por conseguir alimentos, sin tener el instinto de identificar el peligro.