La primera referencia documental que tenemos de este ritual de paz, de esta ceremonia, data nada menos que del año 1375; y aquel documento lo que nos dice precisamente es que ya entonces se consideraba que el origen del pago de este tributo “se pierde en la noche de los tiempos”. Sea lo que sea, y desde cuando sea, lo cierto es que en la mañana de ayer, un año más, tal y como se viene haciendo desde tiempo inmemorial, la piedra de San Martín volvió a ser el escenario del pago de un tributo de tres vacas “de a dos años de edad, sine mácula (sin mancha alguna), y de idéntico astaje, pelaje y dentaje”. Los pagadores de ello fueron los baretoneses (de Baretous) representados por sus alcaldes, mientras que los receptores fueron las cuatro villas roncalesas de Isaba, Urzainqui, Uztarroz y Garde.

Los alcaldes de Roncal y Baretous colocan sus manos sobre la Piedra de San Martín. Gobierno de Navarra

Dentro de los escasos minutos que dura esta ceremonia podemos decir que hubo un sol radiante, una niebla cerrada y una fina llovizna, todo ello acorde con la climatología propia del collado de Ernaz. Hasta la Piedra de San Martín acudieron puntuales ambas delegraciones; por parte de la delegación de autoridades baretonesas acudieron Pierre Casabonne (Arette), Jean François Casaux (Aramits), Corine Jargoyen (Ance), Jean Claude Coste (Feas), Cédric Pucheu (Issor) y Lydie Althapé (Lanne), que estuvieron acompañados por Iñaki Etchaniz (diputado de la Asamblea Nacional Francesa), Jean Lasalle (ex diputado de la ANF), Bernard Uthurri (alcalde de Oloron y Vpte. del Consejo General), así como por N’Guyen (sous prefect de Oloron). La delegación roncalesa, a su vez, estuvo integrada por las autoridades de los cuatro pueblos roncaleses receptores de este tributo: Carlos Anaut (Isaba), Ione Alastuey (Uztarroz), Félix Galech (Urzainqui) y Yenego Marco (Garde), que estuvieron acompañados y arropados por María Chivite (presidenta del Gobierno de Navarra), Unai Hualde (presidente del Parlamento de Navarra), Santos Indurain (consejera de Salud), Rubén Goñi (Dtor. de Proyectos Estratégicos), José Mª Agramonte (presidente de la Comunidad de Bardenas), Félix Zapatero (parlamentario), Amparo Viñuales (alcaldesa de Roncal), Conchi Ausejo (alcaldesa de Cortes), Javier Solozabal (alcalde de Sangüesa) y Marta Tiebas (concejal de Sangüesa). Configurando una tercera delegación, a modo de arbitraje, destacar la presencia de Blanca Alfonso (alcaldesa de Ansó) y Antonio Jesús Gorria (teniende de alcalde de Ansó). 

Tras el ritual habitual dirigido por el alcalde de Isaba en el que a través de las manos se comprometieron a mantener la paz entre ambos valles, se renovó el juramento de los cuatro guardas para los puertos faceros de Ernaz y Leja, siendo Pablo Fanlo y Damián Gorria por parte del Roncal y Bernard Trey y Santi Tristan por Baretous. 

Pax avant, paz de ahora en adelante

Las reses que se entregan deben ser sine mácula (sin manchas) y del mismo “astaje, pelaje y dentaje”. Justo antes de la entrega de los animales, los alcaldes de los valles de Roncal y Baretous, ataviados con la indumentaria tradicional de la zona, renuevan el compromiso de paz que puso fin a las disputas.

Este compromiso queda sellado de forma simbólica mediante la colocación de sus manos sobre la Piedra de San Martín, que señala el mojón de la muga nº 262, y la expresión pax avant (paz de ahora en adelante) que se repite al unísono en señal de concordia y colaboración.