Eduardo Alsasua, de Vitoria, se impuso en el XXVII Premio de Pintura al Aire Libre de Tudela con una obra en el que muestra la ciudad desde el edificio El Molinar. Alsasua se llevó así los 1.000 euros del premio. Según indicó, “es un concurso al que he venido muchas veces. Era un tema que tenía visto, me parecía complicado y me he animado con él. Me atraía la perspectiva, la primera luz de la mañana que ilumina esa calle de una manera especial y el juego de planos, perspectiva y luces”.

En segunda posición quedó el tudelano Raúl Gil (950 euros), que pintó el entorno de la ermita del Cristo, un lugar que habitualmente no sale reflejado en estos concursos. En tercera posición el madrileño Francisco Javier Sanz Plaza se llevó 500 euros.

El jurado destacó que “ha sido bastante fácil seleccionar 5 de entre todos, pero para elegir el ganador ha sido más complicado”. Las opiniones entre el primero y el segundo fueron muy parejas y para ello tuvieron en cuenta la calidad pictórica. “Intervienen nuestros gustos y nuestra formación” señalaron y apuntaron que juzgaron la composición, la perspectiva, el manejo del color, “y eso que ha sido un día nada propicio”, además del trabajo pictórico y la factura.

Por último la tudelana Sandra Pina se hizo con el premio Joven dotado con 200 euros al retratar una calle del casco viejo tudelano. La capital ribera se llenó de lienzos y pintores que en cada esquina del casco viejo y en cada rincón de la ciudad. En total fueron 17 los artistas que tomaron parte en el XXVII Premio de Pintura al Aire Libre de Tudela. Junto al puente del Ebro, en la ermita del Cristo, en la plaza Yehuda Ha Leví, cerca de la Rúa… muchos vinieron pronto para buscar una localización, mientras otros traían ya la ubicación meditada y preparada o traían una fotografía. La cifra de participantes ha caído de forma importante en los últimos años, quizás porque el premio se ha quedado pequeño en relación a otros certámenes similares y cercanos.