Tras ganar la licitación del Ayuntamiento de Arbizu, Valen Ormazabal Lopez de Goikoetxea (Altsasu, 1968) asumió la gestión del Hotel Olatzea de Arbizu este pasado verano, en plena temporada alta. Por ello, en un principio se centró en el servicio de habitaciones. No obstante, ya tenía la mente puesta en otros proyectos para dinamizar este espacio, un hotel rural de tres estrellas levantado en 2005 sobre las ruinas del antiguo molino que trituró cereales y trajo la luz a Arbizu hasta los años 30, todavía en funcionamiento.

Las instalaciones del antiguo molino aún funcionan.

A grito de txotx!, este viernes a las 19.00 horas se inaugurará la sidrería que ha preparado en una sala desde la que se puede contemplar la antigua maquinaria. Se abrirá los jueves para cenas, el viernes y sábado para comidas y cenas y el domingo para comidas. “Empezamos con el menú de sidrería: tortilla y tacos de bacalao, chuleta, queso de Arbizu DO Idiazabal, membrillo y nueces. También tenemos opción vegetariana y vegana. De momento es en lo que nos vamos a centrar, pero nos gustaría tener alguna oferta más gastronómica”, avanza.

Aunque se diplomó en Turismo, Valen Ormazabal estuvo durante más de dos décadas alejada de este sector. Pero en 2014 cerró la empresa en la que trabajaba y pensó en dar un nuevo rumbo a su vida. Así, rehabilitó una propiedad familiar como casa rural, San Pedroko bidea. Y fue todo un éxito.

Animada con la experiencia, cinco años después creó su propia agencia de viajes, Goazen Bidaiak. Ahora ha dado un paso más. “Uno de mis sueños era llevar un hotel pero cada vez lo veía más lejos. Había pensado más de una vez de hacerlo por mi cuenta, invertir y meterme de cabeza. Pero mis hijos no quieren estar en este sector, así que siempre me frenaba el futuro del negocio. La oportunidad surgió cuando se licitó el Hotel Olatzea, que me tenía enamorada”, recuerda. Y es que lo conoció por dentro en 2022 a través de una estancia de una delegación de estadounidenses invitados por la empresa Baikor que organizó con su agencia. “El hotel estaba cerrado, a la espera de un proyecto de envejecimiento activo. Lo alquilé unos meses y fue una experiencia muy buena”, destaca.

Valen Ormazabal, en uno de los salones del hotel.

Ahora, como hotel, ha superado sus expectativas iniciales. “Me dijeron la última semana de julio que había ganado el concurso y, tan pronto colgué el teléfono, me puse manos a la obra. Tomé fotos de las estancias, cree una cuenta en Booking y empezaron a llegar las reservas. Abrimos el 1 de agosto y estuvimos al 100 % todo el mes”, recuerda.

El hotel dispone de 11 habitaciones dobles, espacios amplios y cálidos que cuentan con baño completo, aire acondicionado, calefacción, aislamiento contra el ruido y algunas de ellas con bañera de hidromasaje y vistas impresionantes al monte Beriain.

A pesar de las prisas de los comienzos, cuenta con una puntuación de 9 en dicha plataforma, donde se valora especialmente la atención y la limpieza. “Tengo muchos fallos pero soy buena anfitriona. Me gustan los detalles para que los y las huéspedes se sientan a gusto. Son muchas las personas que vienen y buscan algo más que un hotel, una conversación, alguien con quien compartir un rato. Y lo encuentran aquí, mi lema es que vengas a lo que vengas te sentirás como en casa.”, apunta.

Llegado el otoño, cuando la actividad había descendido, pensó en otras fórmulas para revitalizar el espacio. Así, a lo largo de estos últimos meses ha acogido encuentros profesionales, talleres variados y eventos culturales entre otras actividades.

“A pesar del enorme potencial de la zona por la proximidad de las sierras de Urbasa-Andia, Aralar y Altzania, el turismo en Sakana es estacional. Por ello, además de dirigirnos a este público objetivo que viene buscando disfrutar de la naturaleza, de los pueblos y de la gastronomía local, también nos dirigimos a las personas que vienen de paso o temporalmente a trabajar en Sakana, una zona eminentemente industrial”, apunta.

Asimismo, quiere poner en marcha un pequeño taller ciclista, dado el potencial de este tipo de clientes. Lo cierto es que se prevé que este año comiencen las obras de una ruta ciclable entre Irurtzun y Ziordia, un tramo que forma parte de un recorrido más largo que continúa por la Llanada Alavesa hasta llegar a Vitoria, donde se conecta con la red alavesa. Además, en Irurtzun conecta con la Vía Verde del Plazaola, la puerta de entrada en Sakana de la Eurovelo 1 entre Noruega y Portugal.

También le da tiempo a participar en ferias de turismo, en representación de Bidelagun Sakana Turismo, de la cual es socia. “Nuestro valle tiene muchísimo por y para hacer”, destaca.