Mientras la guerra amenaza con extenderse por Oriente Próximo, las principales capitales europeas han sido escenario de diversas manifestaciones en apoyo a Palestina. En este contexto las declaraciones de naciones árabes y occidentales -EEUU y UE fundamentalmente- son las más escuchadas. Pero seguimos sin tener una visión clara de lo que ocurre en Israel. De allí solo llegan partes militares y declaraciones de miembros del gobierno, piezas incompletas de una sociedad a la que apenas entendemos. Las noticias sobre lo que ocurre al otro lado del conflicto suelen pasar desapercibidas.

Desde la ofensiva de terror lanzada por Hamás el pasado 7 de octubre hay preguntas que no tienen una respuesta clara: ¿Cuál es la visión de los israelíes sobre la guerra? ¿Tiene matices? ¿Ha habido movimientos significativos en la opinión pública?

Hace pocos días un grupo de familiares de secuestrados por Hamás acamparon junto a la residencia de Benamín Netanyahu. El Foro de Familias de Rehenes está presionando al primer ministro de manera pública, minando su imagen y cuestionando su estrategia. ¿Es un hecho aislado o hay algo más?

Las recientes declaraciones Gadi Eisenkot, miembro del gabinete de guerra israelí, en las que hablaba de un alto el fuego y la prioridad de liberar rehenes, han sido muy comentadas. También habló de la necesidad de negociar y no ha sido el único en sugerirlo. ¿Se trata de una opinión generalizada?

Mientras tanto, tenemos noticia sobre protestas antigubernamentales en Tel Aviv, Jerusalén, Haifa y Cesarea. A ello debemos sumar el revés judicial a la polémica reforma de Netanyahu y la petición de elecciones anticipadas. ¿Afectarán estos hechos al curso de los acontecimientos?

A mi modo de ver, existe un desequilibrio informativo que nos impide obtener todas las claves. Esta parte del mundo, convulsa desde la época de los faraones, no puede entenderse sin una aproximación más detallada a Israel y su sociedad.