Demoler puede ser relativamente barato, pero la posterior construcción de un hito arquitectónico que haga de remate a la avenida Carlos III es algo carísimo.

Si no queremos pagar, se puede dejar el final de la avenida abierto con vistas a la sierra de Alaiz… Otra opción sería colmatar el solar demolido con viviendas de lujo, como en antiguos Salesianos, a la espera de inversores inmobiliarios, y hacer así un negocio redondo para las arcas de la ciudad pero en detrimento del espacio público…

Como alternativa a la demolición, para borrar la memoria infame que celebra el edificio, después de desaclarizarlo totalmente, parroquia incluida y quitando toda simbología religiosa y franquista, yo propongo abrir un buen museo por la memoria de las víctimas del golpe militar, junto con instalaciones permanentes para los forenses que se dedican a la exhumación de cadáveres de las cunetas y abrir un Centro de Estudios sobre la Memoria Histórica con un buen fondo bibliográfico, archivos, etcétera. Como el edificio es tan grande, da para muchos usos, así que también propongo instalar un Centro Comunitario del Ayuntamiento al estilo del Centro Comunitario Plazara, que ya funciona a las mil maravillas en la calle Mayor y que da infraestructura a todo tipo de iniciativas vecinales colectivas: cursos de danzas, coros populares, cursillos de todo tipo (yoga, cocina, costura, pilates… ).

Con la resignificación, el espacio construido que se gana es tanto que habrá que estrujarse los sesos para buscarle uso… Salas de exposiciones para no profesionales, salas de gimnasia transversal, vestuarios, aulas populares, guarderías comunitarias, centros de ocupación, oficinas municipales… incluso locales de ocio (discotecas, bares, saunas…).

Aparte, como idea, si tras la resignificación no se sabe qué hacer con la enorme cúpula del edificio, propongo trasladar allí el Planetario de Pamplona y demoler el de Yamaguchi que es de ladrillo, mucho más barato de tirar, y que en su ubicación actual ocupa parque de manera bastante discutible…