La plantilla de Osasuna regresa esta mañana a los entrenamientos para comenzar la preparación del encuentro del domingo en Valladolid (18.30). Por lo menos, un par de cuestiones se deben ir resolviendo en los próximos días con repercusiones en las posibilidades de configuración del equipo. La primera es el estado físico de Lucas Torró, que tuvo que ser sustituido en el descanso del partido ante el Espanyol. El centromcapista sufrió un rodillazo en el muslo derecho con el que aguantó hasta el final del primer tiempo, pero que le impidió continuar en la reanudación. Arrasate, al término del encuentro, restó importancia al percance, aunque también se remitió a la evolución de los problemas del futbolista durantes estos días para definir su verdadera situación. Torró es un hombre insustituible en el eje del equipo, además de por su gran rendimiento, porque no hay relevo de un jugador con sus características y todo lo que incida en su estado físico resulta poco tranquilizador.

La otra cuestión se refiere a Abde. El futbolista fue expulsado frente al Espanyol y deberá ser castigado con un partido de suspensión si se atiende a la lógica de la normativa de sanciones de la competición. El club ya ha presentado ante el Comité de Competiciónel recurso por la primera tarjeta amarilla. El árbitro, Gil Manzano, puso en el acta que el internacional marroquí fue amonestado por “derribar a un contrario en la disputa del balón de manera temeraria”. Esta es la argumentación que intenta desmontar Osasuna para que le retiren la amarilla y pueda jugar el domingo en Valladolid.

A lo largo de la semana se irá viendo también cómo se encuentran los dos lesionados de larga duración, Nacho Vidal y Rubén Peña. De ellos, anunció Jagoba Arrasate que estaban en la última fase de su restablecimiento y que en estos día, incluso, podía haber novedades en forma de unión al grupo. La plantilla no guarda descanso en lo que queda de semana.