Ganó Osasuna al Valencia en Mestalla (1-2) al anotar los dos únicos disparos entre los tres palos que realizó en todo el partido, una eficacia que también es del 100% en lo que a victorias a domicilio se refiere, pues los rojillos sumaron de paso su segunda victoria del curso, ambas lejos de El Sadar.

Venía el conjunto navarro de dos derrotas consecutivas, una en Liga contra el Athletic (0-2) y otra en el partido de ida de la previa de la Conference League contra el Brujas belga (1-2), racha negativa a la que puso fin gracias a un postrero gol de Nacho Vidal, que, en sus primeros minutos de la temporada (sustituyó a Kike Barja en el descanso), anotó el tanto de la victoria en el minuto 95 al aprovechar dentro del área, con la zurda (es diestro) y a la media vuelta un testarazo de Budimir en un córner.

El de Nacho Vidal fue el segundo disparo de Osasuna entre los tres palos en un partido en el que se adelantó por mediación de Aimar Oroz, que estrenó su casillero anotador en el presente ejercicio al marcar en el minuto 24 un penalti que cometió Thierry sobre Pablo Ibáñez y que el árbitro del encuentro, Pulido Santana, del Comité canario, sólo señaló después de revisar la acción en el monitor a instancias del responsable del VAR, el colegiado Figueroa Vázquez, del Comité andaluz.

Entremedias, el Valencia, que alcanzaba la cita como uno de los tres equipos que habían salido triunfadores de sus dos primeros compromisos ligueros (junto a Real Madrid y Rayo Vallecano), fue capaz de embotellar a Osasuna y nivelar el encuentro en el minuto 80 con un polémico gol de cabeza de Hugo Duro, que en su remate dio la impresión de apoyarse sobre los hombros de David García.

La cuestión es que, cuando parecía que Osasuna aspiraba como máximo a un punto (el Valencia se volcó a por el triunfo), apareció la figura de Nacho Vidal para forzar un córner en el que el equipo local reclamó falta sobre Gayá y después para inventarse un remate más propio de un delantero que de un lateral (jugó de extremo) para dar el triunfo a su equipo.