Osasuna se funde en dos chispazos (0-2)

Osasuna ha pasado del blanco al negro de la primera a la segunda jornada y al aficionado quizás le queda de los dos encuentros sobre todo el gusto amargo, porque si ante un equipo en construcción como el Celta no se dejó margen para las dudas, la confrontación frente a un rival compacto y solvente dejó ver algunas grietas. A los rojillos los fundieron dos acciones con errores defensivos y cuando le correspondió arreglar la chamusquina, no le alcanzó a saber cómo. Un encuentro para olvidar a las primeras de cambio suele ser pesadamente indigesto.

La rivalidad entre Osasuna y Athletic se ha incrementado en los últimos tiempos porque la hegemonía de los rojillos no ha hecho sino espolear las justas ganas de revancha, el sano ejercicio deportivo que le mete picante a los partidos y en esa tesitura el Athletic se mostró más deseoso de venganza, con más convicción en sus argumentos.

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Osasuna - Athletic, las mejores imágenes del partido Unai Beroiz

Nico Williams le cortó la luz a Osasuna en dos jugadas letales en el primer tiempo y le dejó al equipo de Arrasate fundido en un primer tiempo discreto de juego pero, sorprendentemente, con oportunidades como para que el marcador no fuese tan pesado. Tras una gran puesta en acción de los rojillos, el extremo pamplonés la lió. Primero soltó un centro profundo y molesto para los defensas y su hermano se le coló por la puerta de atrás a Mojica. El colombiano es un pura sangre con los ojos inyectados de alegría cuando mira al horizonte, pero está más incómodo cuando le toca dejar esa libertad y ponerse con la burocracia. A Mojica le comió el terreno Iñaki Williams para marcar desde la cocina.

No habían pasado diez minutos y Nico volvió a enredar a los defensas de Osasuna para soltar esta vez la pelota al meollo del área pequeña, donde Guruzeta fue esta vez el rematador.

Los dos goles chamuscaron a Osasuna, que se quedó sin un plan después. Estuvo a punto de colarse de nuevo en el partido en una acción clarísima en la que Rubén García, en un mano a mano con Unai Simón, se topó con el portero. En esos instantes de animación, en los que Osasuna logró mover el balón y colarse en medio del entramado defensivo del Athletic, disfrutó Mojica de su jugada para la redención. El colombiano llegó lanzado al remate en una posición fantástica tras un centro de Rubén Peña, pero ajustó mal el remate y lanzó el balón a la grada ante un desguarnecido Simón. Las ansias son malas consejeras.

El segundo tiempo recibió un Osasuna más ambicioso, con ganas de ser protagonista y de vivir una noche para valientes y héroes. A los cinco minutos de la reanudación soñó El Sadar con el gol tras un cabezazo de David García que repelió un seguro Unai Simón. Pero el partido cambió de decoración con la expulsión de Sancet. Al centrocampista pamplonés le pudo la sangre en una jugada en el centro del campo con David García en la que la emprendió a manotazos por un rifirrafe sin mucha enjundia. Con una amarilla a cuestas, la segunda dejó a su equipo con uno menos con media hora por delante.

Osasuna centró entonces como nunca y bombardeó el área del Athletic por todas partes. Rozó el gol en varias ocasiones, pero no abrió la puerta. El partido fue construyendo un Osasuna desencajado que perdió las formas con una entrada extemporánea del Chimy que le valió la roja en el descuento. Fue una noche para olvidar.