Resulta inevitable que la conversación con el protagonista del encierro derive hacia cuestiones futbolísticas, sobre todo después de haber anunciado hace unos pocos días, junto a Pep Guardiola y el presidente del Barcelona, Joan Laporta, la celebración de un partido amistoso en el Camp Nou que enfrentará al Barça y al Manchester City. Juan Carlos Unzué agradece enormemente el compromiso de ambos desde el año pasado, cuando hubo que suspender el evento por culpa de la pandemia, y confía en llenar el estadio blaugrana. Durante la distendida charla salen a relucir algunos nombres ilustres del balompié, como el de Luis Miguel Arconada, portero de la Real Sociedad y de la selección, que fue su ídolo y al que pudo conocer de cerca no hace mucho tiempo; y recuerda con cariño sus visitas fugaces a las fiestas con sus compañeros de profesión de entonces.

¿Ha invitado a alguno de sus amigos futbolistas a que acudan al acto?

–La verdad es que no. Tampoco hay mucho espacio para invitados. De hecho, lo que han decidido mis hermanos es que mi madre vea el Chupinazo por televisión y juntarse todos allí. Conmigo vendrán 10 ó 12 personas.

Entonces nos vamos a quedar con las ganas de ver a Pep Guardiola.

–Este año no (se ríe), pero te tengo que decir que sí estuvo aquí en Sanfermines en su época de jugador. Estuvo un año, pero creo que no es la fiesta para Pep Guardiola por su forma de ser.

¿Fue usted muy sanferminero en sus años de juventud?

–Tengo un gran recuerdo, pero de chaval no. Me acuerdo de ir a Sanfermines con mis padres hasta los 15 años. Me marché muy joven de Pamplona y lo que aprovechaba era que vinieran mis amigos para enseñarles las fiestas. Esa época de los 90 fueron años que disfrutamos mucho.

¿Se iban de fiestas con todas las letras?

–Lo concentrábamos todo en 24 horas, porque yo no era capaz de aguantar más ni debíamos por responsabilidad, y veíamos lo típico. 

¿Hubo alguno de sus compañeros futbolistas que destacara por su afición a la fiesta?

-Recuerdo en la época del Sevilla que nos juntábamos con Txiki Begiristain, que era asiduo, y las familias y amigos. Nos lo pasábamos en grande. Me acuerdo de venir aquí con Quique Estebaranz, de Juanito, de Patxi Ferreira, con compañeros que fue conociendo en los equipos donde jugué, a los que les gustaban mucho los Sanfermines. Cuando los conocían querían repetir.

¿Cuál es su momento preferido de los Sanfermines?

–El recuerdo que tengo es de estar unidos, el poder disfrutar de la gente a la que aprecias. Eso es lo mejor. Aquí estamos acostumbrados a disfrutar en la calle y delante de una mesa. Esos almuerzos son lo que más recuerdo.

Cuando hoy den las 12 horas se convertirá en el embajador de Pamplona en el mundo.

–Espero estar a la altura. San Fermín es la fiesta más conocida del mundo y tiene una razón: la gente que viene de fuera se siente cómoda aquí y en eso mucho tenemos que ver los navarros y navarras. He visto una diferencia clara con otras fiestas y es que en los Sanfermines la fiesta está en las calles. Incluso ayuda el atuendo, porque con el blanco y rojo todos somos pamploneses.

Usted también tendrá ganas de pasarlo bien. ¿Cómo se ha organizado estos días?

–Estoy limitado para hacer cosas con las que disfrutaba, pero las voy a disfrutar a tope.

¿Es de los que se levantan para ver el encierro?

–Me gusta verlos y siempre ha procurado verlos, pero a diferencia de otros no he sido capaz de correr nunca.