La procesión de San Fermín en Pamplona ha recuperado este 7 de julio la tranquilidad perdida el año pasado y el tramo de la calle Curia no ha registrado incidentes relevantes. Sí ha habido apretones en la zona más estrecha, se han escuchado algunos gritos contra UPN y PSN, pero los 27 corporativos han podido llegar a la catedral sin contratiempos.

Las medidas disuasorias introducidas por la Policía Municipal, con un incremento de agentes y de cámaras de grabación; el aumento de la cuantía de las multas al máximo que permite la ley (han pasado de 12.000 a 30.000 euros) y los llamamientos a la calma han evitado que se repitieran altercados como los ocurridos en 2022, que se saldaron con varias personas heridas y 19 denuncias.

Operación en marcha desde la plaza Consistorial

La ‘Operación cápsula’ diseñada por la Policía Municipal para proteger a los corporativos ha entrado en funcionamiento en la plaza Consistorial.

Un nutrido agentes se ha unido ahí a la comitiva, formando cápsulas independientes de protección para los concejales de UPN, PSN y PP, mientras el responsable del dispositivo no paraba de dar órdenes para coordinar la operación.

Con tres filas de policías municipales en cada cápsula, la procesión ha enfilado la calle Mercaderes hacia la calle Curia, que registraba la misma aglomeración de personas que otros años.

Marchaban por delante los concejales del PSN, que ya habían sido metidos en su cápsula de seguridad. Por detrás desfilaban los representantes de EH Bildu y Geroa Bai, con menos protección, y cerraban la comitiva los concejales del PP y UPN (el representante de Contigo-Zurekin no asistió).

Abucheos y gritos contra UPN

En el inicio de la cuesta han comenzado los abucheos contra UPN y PSN, pero a diferencia del año pasado la cosa no ha ido a mayores mientras el dispositivo continuaba la ascensión hacia la catedral.

Las estreches de la calle han propiciado algunos empujones que se han intensificado al paso de la alcaldesa Cristina Ibarrola, protegida por tres policías municipales de paisano y rodeada por un cordón de uniformados, mientras una segunda fila de agentes intentaba que le público ubicado a ambos lados de la calle diera un pasó atrás para aumentar la distancia de seguridad con la regidora.

Al final de la Curia las tornas han cambiado. En esa zona se han colocado personas afines a UPN y PSN, entre ellas antiguos concejales, que con sus aplausos han conseguido apagar el grito de 'UPN kanpora' que seguía escuchándose con claridad desde la parte baja de la calle.

En ese punto, casi al lado de la catedral, se ha formado un cordón policial por el que han ido llegando los corporativos y la alcaldesa. La procesión ha podido llegar al templo a la hora prevista, sobre las 14.30 horas y pocos minutos después los corporativos han vuelto al edificio consistorial por la misma calle Curia, que ya no presentaba el mismo gentío que antes.