A medida que se acerca la triple contienda electoral del año que viene, UPN y PP emiten señales que apuntan a la separación de sus caminos. Y si el congreso que el pasado 4 de diciembre celebraron los populares navarros era un buen termómetro para medir el estado de las relaciones entre dos formaciones que históricamente han ido de la mano, no hubo ni un solo gesto que invite a pensar en que están más cerca de seguir coaligados que de lo contrario.

Al congreso que aupó a Javier García a la presidencia del PP estaban invitados tanto el presidente de UPN, Javier Esparza, como Carlos García Adanero y Sergio Sayas, los dos diputados a los que la formación regionalista suspendió de militancia por un periodo de dos años y medio el pasado mes de febrero cuando desobedecieron al partido y votaron junto al PP en contra de la reforma laboral de Pedro Sánchez.

ESPARZA, CON ADANERO Y SAYAS

La situación era cuando menos morbosa. Por primera vez desde que fueron expulsados de UPN, Adanero y Sayas coincidían en público con Esparza y lo hacían en un espacio relativamente pequeño, como lo es el salón del hotel Tres Reyes donde se citaron unas 300 personas.

En medio de la tensión propia del momento, correspondió ejercer de maestro de ceremonias al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien adoptó una calculada equidistancia con todos ellos cuando les agradeció su asistencia e incluso se tomó el atrevimiento de poner a Esparza en el mismo plano que a Adanero y Sayas. Una calculada decisión del líder de los populares que en UPN hay quienes interpretan como una afrenta inadmisible.

Por si fuera poco, Feijóo ensalzó el trabajo parlamentario de los dos diputados y no hizo mención a Navarra Suma, la coalición que ambas formaciones comparten con Ciudadanos desde los comicios forales, municipales y generales de 2019.

En su discurso, se expresó con ambigüedad sobre la estrategia electoral. Subrayó que no quiere que su partido “sea obediente y sumiso en Navarra”, en lo que cabría interpretar que está pensando en que recupere la plena autonomía en la Comunidad Foral, si bien añadió su deseo de “desterrar la sumisión que hoy impera en la política navarra” hacia Sánchez y sus pactos con EH Bildu.

A los guiños que Feijóo hizo entonces a Sayas y Adanero se sumó un día después su número dos, Elías Bendodo, quien reconoció su intención de “hablar con todos” cuando fue preguntado si el PP está dispuesto a colaborar o entenderse con los dos diputados. Una cuestión, en todo caso, que se resolverá previsiblemente el próximo mes de enero, cuando Feijóo y Esparza han anunciado que analizarán los pactos electorales en una reunión en la que pesará mucho que UPN ordenara a los dos diputados que habían sido elegidos en coalición con el PP que votaran en contra de los intereses de los populares. Y todavía pesará más que desde Génova se reconozca la coherencia política de Adanero y Sayas cuando optaron por tratar de tumbar la reforma laboral.

ESPARZA ALIMENTA LAS DUDAS

Entre tanto, tampoco Esparza ha mostrado ningún entusiasmo ante la posibilidad de dar continuidad al entendimiento con el PP. Recientemente ha tirado de chequera para embadurnar las marquesinas de las villavesas de Pamplona con carteles con el único logo de UPN y el lema Ganas de tomar las decisiones aquí. Ni en Madrid ni en Bibao.

Un paso más hacia la concurrencia en solitario de Esparza, quien cree que la única posibilidad –por remota que sea– de que el PSN le apoye para ser presidente del Gobierno pasa por romper con el PP, aunque sea a riesgo de resentirse su peso parlamentario.

PRECAMPAÑA

  • UPN, en solitario. UPN ha protagonizado recientemente una campaña preelectoral en las marquesinas de las villavesas de Pamplona en la que se ha presentado solo con su marca y en la que no figura por ninguna parte el nombre de Navarra Suma.
  • “Las decisiones aquí”. En esta campaña, sale la figura de Javier Esparza con el siguiente texto: “Ganas de tomar las decisiones aquí. Ni en Madrid ni en Bilbao”. Un mensaje con el que vuelve a marcar distancias con el PP.