UPN es un partido herido. La moción de censura contra Ibarrola ha soliviantado a las bases, que se han congregado en el Iruña Park en una asamblea anual con ambiente multitudinario e inquieto después de una semana tan traumática.

Allí, el presidente del partido, Javier Esparza, ha pedido a su gente que lleve a la calle la protesta contra la moción de censura. Una estrategia similar a la que PP y Vox han llevado a cabo en todo el Estado contra la investidura de Pedro Sánchez, y que implica tensionar la calle con las proclamas más duras contra el PSN que se le recuerdan al partido regionalista.

Prueba de que el partido se siente herido y ha dado la orden de apretar filas es la vuelta de Miguel Sanz a la primera fila del acto, después de que el expresidente llevara varios meses alejado de Esparza por no estar de acuerdo con la forma en la que el todavía líder regionalista ha gestionado los últimos meses de vida del partido, salpicados de turbulencias internas y malos resultados electorales.

Un momento de la intervención de Javier Esparza Iñaki Porto

"Mañana domingo tenemos que estar todos, tenemos que movilizar a todos, a todos los que consideran que esto es un atropello, Navarra y España tienen que reaccionar", ha pedido Esparza. 

En un momento en el que la unidad del partido está tocada y su liderazgo muy deteriorado, Esparza ha apelado a hacer "gala" del nombre de UPN. "Es momento de remar todos en la misma dirección, de hacer gala de nuestro nombre, de Unión del Pueblo Navarro. Y os pido que lo demostremos. Con la cabeza bien alta y con el convencimiento de que es lo mejor".

Es decir, que Esparza está tratando de rentabilizar una amenaza externa para que, mientras se habla de la moción de censura, no se hable de la mala situación interna que vive el partido desde hace más de un año, situación que ha ido a peor en los últimos tiempos y que tiene pinta de agravarse a escasos cuatro meses del congreso que decidirá quién estará al frente de UPN los próximos cuatro años.

En el discurso, de 14 minutos de duración y copado absolutamente por la moción contra Ibarrola, la afiliación ha brindado un aplauso general a la todavía alcaldesa. Esparza, en sus declaraciones, ha vuelto a decir que la relación con el PSN está "rota" y que a partir de ahora los socialistas están solos con sus socios del bloque progresista.

Un mensaje algo críptico que no sirve para aclarar qué postura tendrá el partido de Esparza en cuestiones como símbolos o la ponencia de autogobierno, donde hasta ahora socialistas y regionalistas compartían un mismo bloque contra las sensibilidades soberanistas.

"Esto no le puede salir gratis a Sánchez ni a Chivite"

En su intervención, Esparza ha reconocido ante sus compañeros de partido el "duro golpe" que supone la pérdida de la alcaldía de Pamplona tras el acuerdo entre EH Bildu y PSN, aunque ha lanzado el rotundo mensaje de que "esto no le puede salir gratis ni a Pedro Sánchez ni a María Chivite".

El líder regionalista ha mostrado su preocupación y ha hablado de "vileza, mercadeo, mentira y degradación de la política".

El presidente del partido ha asegurado que hasta hace una semana la estrategia de UPN pasaba por estar abiertos a acuerdos con otras formaciones políticas, "fundamentalmente" para evitar que EH Bildu ocupara cargos de responsabilidad en diferentes instituciones y organismos, pero hoy, tras lo ocurrido, "es obvio que todos los puentes están rotos, porque el PSN los ha querido dinamitar".

"A partir de ahora el partido socialista se las tendrá que apañar únicamente con EH Bildu, Geroa Bai y Contigo", que en el Parlamento suponen una mayoría frente la "minoría" en la que, ha asegurado, se queda el PSN, por lo que Chivite "se va a quedar a las órdenes de Bildu y de Geroa Bai", cuyos objetivos, como partidos nacionalistas, "siguen siendo la anexión de Navarra al País Vasco, la independencia, la imposición del euskera y la ikurriña como nuestra bandera".

Y frente a todo esto, Esparza ha animado a sus compañeros a "seguir trabajando", a estar "unidos y remar en la misma dirección", con el convencimiento de que "estamos haciendo lo que debemos y que decisiones tan graves van a penalizar al Partido Socialista de Navarra", y que "esto no le puede salir gratis" ni a Pedro Sánchez ni a María Chivite.