Después de dos cursos marcados por la pandemia, la previsión es que el próximo 2022-23 se convierta en el primero de la era postcovid. Educación ya ha aprobado el calendario escolar y las clases comenzarán el 7 de septiembre en todas las etapas si bien en Infantil y Primaria el inicio puede retrasarse hasta el viernes. El curso estará marcado por la aplicación de la Lomloe en los cursos impares y por el regreso de la jornada partida, que la pandemia ha relegado a un segundo plano en la enseñanza pública. De hecho, en 2022-23, el 70% de los 223 colegios tendrán horario continuo, siendo mayoritario en la pública (84%) pero no en la concertada (24%). Una modalidad de jornada que, según un estudio publicado esta semana, perjudica al alumnado y sus familias y agranda la brecha de género. Las federaciones de apymas mayoritarias en Navarra (Herrikoa y Concapa) respetan la decisión de las familias pero piden al Departamento que analice los efectos de esta jornada en los "protagonistas" del sistema educativos: el alumnado.

El debate sobre la jornada escolar no es de hoy. Hasta hace unos años, las posiciones estaban encontradas: el profesorado apostaba por la continua y las familias defendían la partida. Sin embargo, gracias a la pandemia que generalizó el horario intensivo, esta fórmula tiene cada vez más adeptos entre los padres y madres. Las investigaciones sobre qué jornada es más beneficiosa para el alumnado son escasas si bien apuntan a que la partida trae consigo mejores resultados.

El informe de la escuela de negocios Esade, que se ha publicado esta semana, reconoce que no existe "evidencia científica" sobre esa vinculación que constatan esos estudios. Sin embargo asegura que "existe evidencia abundante sobre cómo el tiempo (lectivo y no lectivo) en la escuela supone un impacto positivo en los alumnos en términos académicos y socioemocionales y que la jornada partida, con un almuerzo temprano y una pausa después, se adapta mejor a sus biorritmos y mejora su salud y bienestar".

Asimismo, este informe visibiliza como la jornada de mañana "conlleva enormes costes sociales, económicos y de igualdad de género para las familias". El motivo es que si se trabaja a tiempo parcial, el empleo y los ingresos de las familias, especialmente de las madres, se resienten, lo que contribuye a agravar la brecha de género. "La escuela tiene una función de custodia o de cuidado del alumno", indica este estudio.

Respeto a la decisión de las familias

Herrikoa, federación mayoritaria en la red pública, lleva años pidiendo un estudio sobre la jornada continua y sus consecuencias en los colegios y en la calidad del sistema educativo navarro. Esta federación considera "innegable" la tendencia de las familias de la escuela pública hacia la jornada continua y asegura que su función es ayudarles para que voten con la mayor información posible. "Ambas modalidades de jornada tienen argumentos a favor y en contra pero no debemos olvidar que por encima de los intereses personales de cada familia o sector de la comunidad educativa deben estar los de nuestros hijos e hijas", ha afirmado Noelia Echarri , que ha insistido en que "debemos velar porque reciban la mejor educación pública que tienda a compensar las desigualdades sociales y camine hacia la excelencia".

Desde Concapa, mayoritaria en la concertada, no se posicionan a favor de una u otra jornada "por no había muchos estudios al respecto y porque hay tantas casuísticas como familias", sin embargo, reconocen que el último informe de Esade constata cuestiones preocupantes sobre cómo la jornada continua "afecta a la situación laboral de la mujer y agrava la precariedad de muchas familias". "Hemos pedido en varias ocasiones al consejero Gimeno que aporte información ante ese viento a favor de la jornada continua para que las familias puedan decidir con datos", ha afirmadoTeresa Mòdol.