Una trabajadora de La Estellesa que lleva 21 años como cuidadora en trayectos escolares, y que en la mañana del 17 de enero de 2020 realizó un servicio junto con el acusado en el autobús que se accidentó horas después, aseguró ayer en el juicio que el autocar “era diferente a otros, más antiguo, se atascaba más a la hora de conducirlo y le costaba frenar”, según su percepción.

La testigo, que manifestó que era la primera vez que viajaba en ese autobús, al igual que le ocurría al acusado, señaló que este le manifestó las dificultades que tenía para frenar el vehículo. “Estaba preocupado, nervioso... No tenía la seguridad de que el autobús frenase bien”, explicó la trabajadora.

Por su parte, uno de los pasajeros que viajaba en el autobús cuando se accidentó en las calles de Estella-Lizarra afirmó que la conducción durante todo el trayecto entre Logroño y la ciudad del Ega fue “normal, no noté nada extraño” y que llegaron a hasta la parada de Ayegui “perfectamente”. Fue en la bajada “cuando vino el susto y la desgracia”, añadió. Tras las advertencias del acusado, que les dijo que iba sin frenos, “nos agarramos a lo que pudimos”.

Durante la sesión del juicio de ayer también prestó declaración la pareja de la mujer atropellada, quien relató las secuelas que padece como consecuencia del accidente. “Le tengo que ayudar más que antes y tiene limitaciones laborales, para el cuidado de nuestra hija y para practicar deporte”.

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Accidente en Estella Diario de Noticias de Navarra