Agentes de la Policía Foral, especialistas en la investigación de accidentes de tráfico, han declarado este miércoles en el juicio que se celebra en Pamplona por el accidente mortal de un autobús de La Estellesa que el conductor pisó el pedal del acelerador en dos ocasiones durante el descenso entre Ayegui y Estella-Lizarra. Así lo indica el estudio del tacógrafo realizado por los agentes, que recogió incrementos de velocidad que solo pudieron producirse por el accionamiento del acelerador.

En concreto, testigos peritos del Cuerpo autonómico precisaron dos momentos en los que el análisis de las velocidades señalan que hubo aceleraciones, el primero de ellos cuando el autobús salió de una rotonda ovalada a 40 kilómetros por hora e incrementó súbitamente la velocidad hasta los 46 kilómetros por hora. “Esa aceleración no es solo fruto del efecto de la pendiente, sino que es imprescindible pisar el acelerador para alcanzar esa velocidad”, han manifestado.

La variación de la velocidad que se registró posteriormente sí la atribuyeron a la pendiente descendiente, hasta que el autobús alcanzó la siguiente rotonda a 66 kilómetros por hora. En ese punto, el tacógrafo saltó súbitamente hasta los 82 kilómetros por hora. 

Aunque esta variación la relacionaron con el hecho de que el autobús se ladease y levantase la rueda del lado izquierdo al pegar con el bordillo, también aseguraron que el incremento de velocidad registrado solo pudo producirse por el accionamiento del acelerador. “Sin aporte de energía desde el motor, no es posible que algo así ocurra”, recalcaron.

Los agentes de la Policía Foral explicaron, además, que en el momento que se pulsa el acelerador deja de funcionar el intarder o freno hidráulico, lo que habría contribuido a que el autobús hubiese aumentado su velocidad antes de la fatal colisión.