GASTEIZ. Además de estos tres arrestos, practicados por orden de la Audiencia Nacional, la Policía autonómica ha detenido hasta el momento a otras once personas que participaban en el denominado 'muro popular' organizado en apoyo de estos tres jóvenes.
En el caso de los otros once detenidos, la Ertzaintza -según ha informado la Policía autonómica a Europa Press-- les atribuye presuntos delitos de resistencia, insultos y agresiones.
Además, en el transcurso de la operación, los agentes han desalojado a varias decenas de personas que, entrelazadas entre ellas por los brazos, se encontraban sentadas en la plaza para obstaculizar la identificación y detención de Esteban, Robles y Zaldibar.
HERIDOS Las unidades antidisturbios de la Policía autonómica han utilizado la fuerza contra los jóvenes que participaban en la protesta y que se negaban a soltarse y a abandonar el lugar. Desde la organización de esta 'muralla popular', se ha asegurado que los agentes han causado "cientos" de lesiones entre los concentrados, mientras que la Policía autonómica ha informado de que "al menos" cuatro ertzainas han resultado lesionados.
El dispositivo policial, integrado por una veintena de furgonetas y más de un centenar de agentes, ha incluido el cierre de todos los accesos a la Plaza de la Virgen Blanca de Vitoria, en pleno centro de la capital alavesa. La intervención se ha iniciado sobre las ocho y media de la mañana, casi un día después del comienzo de la concentración de apoyo a los jóvenes de Segi.
La primera de las detenidas ha sido Aiala Zaldibar, y posteriormente, entre gritos de apoyo, han sido arrestados Ibon Esteban e Igarki Robles. Estas últimas detenciones se han producido alrededor de las once y media de la mañana.
Tras los arrestos, una treintena de las personas que participaban en la concentración permanecía aún sentada en la plaza, mientras centenares de personas protestaban contra la operación policial desde fuera del perímetro de seguridad establecido alrededor de la zona.
"POLÍTICAS DE EXCEPCIÓN" Alrededor de las doce del mediodía, varias unidades de la Policía autonómica han empezado a abandonar la plaza, aunque otras permanecían aún custodiando la zona ante la gran cantidad de personas que se congregaban en las inmediaciones y que lanzaba reproches a la Ertzaintza.
Tras las detenciones, Zigor Oleaga, de 'Gasteizko Harresia' ('Muro de Vitoria') ha expresado su solidaridad con los miembros de Segi condenados, y han denunciado, en declaraciones a los medios de comunicación, las "políticas de excepción" que hace que haya personas "condenadas por ejercer sus derechos". Además, se ha mostrado "harto" de los "golpes y amenazas".
EL RELATO DE LOS HECHOS en realidad, comenzaba el pasado día 6, cuando la Audiencia Nacional ordenaba la detención de Xabat Moran, Bergoi Mardenaz, Marina Sagastizabal y Ainhoa Villaverde, los cuatro condenados a seis años de prisión por pertenencia a Segi. El navarro Ibon Esteban y los gasteiztarras Aiala Zaldibar e Igarki Robles también fueron condenados a la misma pena, pero ese día no se les llegó arrestar. Se conocía entonces la sentencia, consecuencia del juicio celebrado contra un total de 28 jóvenes el pasado otoño -nueve de ellos fueron absueltos y al resto la Fiscalía les había retirado los cargos-, que venía de alguna manera a enmendar la plana al fallo dictado también por la Audiencia Nacional en junio del año pasado contra otros 40 jóvenes acusados de los mismos delitos.
Desde ese día a hoy, han mediado denuncias de los cuatro primeros arrestados ante los juzgados de guardia de Bilbao y Vitoria-Gasteiz, al considerar que deberían recobrar la libertad porque la sentencia de la Audiencia Nacional no es firme. Un proceso que, en paralelo, ha desembocado en un nuevo muro popular que ayer se conformó en la plaza de la Virgen Blanca de Vitoria para evitar la detención de Esteban, Zaldibar y Robles. Bajo la iniciativa #ResistGasteiz, ayer se celebró una manifestación al mediodía desde la plaza Bilbao de la capital alavesa, con el lema Basta de políticas de excepción. Libres a través de la desobediencia, en la que miles de personas se sumaron a la protesta por las condenas ataviados de naranja y disfrazados con pelucas, una parafernalia que a la postre sirvió para confundir entre la multitud a los tres condenados que se sumaron también a la marcha.
De manera que Vitoria se convirtió así ayer, pasadas las dos de la tarde, en escenario del cuarto muro popular, después de los ya organizados anteriormente en Ondarroa, San Sebastián y Gernika, en una acción que, al margen de otras consideraciones, supone todo un desafío para la Ertzaintza -encargada de ejecutar las detenciones- y el Gobierno Vasco, más aún periodo electoral. Baste recordar, por ejemplo, la intervención en Ondarroa para detener a Urtza Alkorta en mayo de 2013, con un dispositivo de varios centenares de ertzainas; un operativo que fue duramente criticado por la izquierda abertzale, algunos de cuyos representantes se encontraban allí presentes -Laura Mintegi o Maribi Ugarteburu, por ejemplo-. Ayer, también acudieron a la convocatoria líderes de la izquierda abertzale, como el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, los parlamentarios de EH Bildu Julen Arzuaga, Belén Arrondo, Unai Urruzuno y Estitxu Briñas, así como los candidatos de la coalición soberanista a diputado general de Álava, Kike Fernández de Pinedo, y a alcaldes a de Vitoria, Miren Larrion.
Poco después de comenzar la manifestación, la madre de Igarki Robles manifestaba que los siete condenados han sido “represaliados por luchar por los derechos civiles y políticos” y que esta protesta persigue que no haya “más juicios contra militantes políticos”. Un portavoz de la organización, Txerra Bolinaga, denunció que las únicas pruebas contra los siete encausados son las declaraciones “obtenidas bajo tortura”.
La concentración en la plaza de la Virgen Blanca se conformaba pasadas las dos de la tarde y unas horas después, varias furgonetas de la Er-tzaintza abandonaban las inmediaciones. También los dos celedones solidarios que se habían encaramado a la Torre de San Miguel a primera hora del sábado dejaban su encierro a primera hora de la tarde, iniciándose así una tensa espera de acontecimientos, sin que al cierre de esta edición se tuviera noticia de ninguna intervención policial, pero con la intención declarada de los convocantes de pasar allí la noche.
Los organizadores llevaron a cabo varios simulacros para prepararse para el momento en el que pudiera intervenir la Ertzaintza e invitaron a los asistentes a mostrar una resistencia pasiva y no identificarse para dificultar la labor de la Policía vasca. Sin embargo, horas más tarde, la mayor parte de los participantes, incluidos Esteban, Zaldibar y Robles, se retiraron las caretas y pelucas, aunque conservan puestas las camisetas naranjas con el eslogan Libre.
La organización anunciaba por megafonía hacia las 15.00 horas la presencia de los tres jóvenes y uno de ellos, Igarki Robles, tomó la palabra para agradecer a los asistentes su solidaridad. Asimismo, se dirigió a la Audiencia Nacional y al Gobierno español para decir que los allí presentes no consienten “que sigan deteniendo, encarcelando y torturando a ciudadanos vascos” y que “aunque seamos detenidos, seguiremos siendo disidentes y militantes”
Asimismo, pidió al Gobierno Vasco que mantenga una actitud “firme y coherente” ante estas “leyes de excepción” y que dé pasos prácticos para solucionar el conflicto político. “Es hora de vaciar las cárceles y no llenarlas más”, concluyó. - D.N./Efe/E.P.