Angrois. El siniestro de ayer se produjo tres años, un mes y 15 días después del registrado en Angrois, donde un tren Alvia descarriló en una curva y murieron 80 personas, además de quedar heridas más de un centenar. En aquel accidente, el maquinista reconoció haber tomado la curva con un exceso de velocidad por un despiste, ya que había recibido una llamada del interventor. El conductor es a día de hoy el único imputado en una causa judicial que sigue abierta. Sin embargo, tanto las víctimas como el abogado del maquinista mantienen que hay más responsabilidades, políticas y técnicas, que depurar en el caso, puesto que, según denuncian, se tomaron medidas tanto por Renfe como por Adif que afectaron a la seguridad y relacionadas con las prisas por inaugurar la línea en el marco de la llegada de la alta velocidad a Galicia.

Eva García “esa vía debe ser soterrada”

La alcaldesa de O Porriño, Eva García de la Torre, insistió ayer en “la vetustez” del tren descarrilado y en la velocidad que alcanza a su paso por el pueblo. García manifestó que llevan tiempo quejándose de que la vía del tren tiene que ser soterrada, “y evitar este peligro”. Desde luego que el tren por el núcleo urbano no debe pasar a velocidad”, dijo la alcaldesa de O Porriño.

El balonmano llora la muerte de Joaquín Rodríguez. Joaquín Rodríguez ‘Coqui’, jugador de 23 años del AD Carballal, es uno de los cuatro fallecidos en el accidente ferroviario de este viernes en el municipio gallego de Porriño (Pontevedra). Según informó la Federación Española de Balonmano, “se guardará un minuto de silencio en memoria de Joaquín Rodríguez y las demás víctimas”.

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El tren descarriló poco después del cambio de vía, donde debía ir a 30 km/h.

Pamplona - Galicia se vio ayer sacudida de nuevo por la tragedia al registrar un accidente ferroviario en la localidad pontevedresa de O Porriño, perteneciente al área metropolitana de Vigo, un infortunio en el que murieron cuatro personas y cerca de medio centenar resultaron heridas.

Este luctuoso siniestro en las vías trajo a la mente de todos, inevitablemente, lo sucedido en el barrio compostelano de Angrois el 24 de julio del año 2013, al descarrilar un tren de alta velocidad que cubría la ruta Madrid-Ferrol, dejando 80 víctimas mortales y 140 heridos.

De nuevo, los gritos y el llanto se mezclaron con los sonidos de los equipos de emergencia, entre el apoyo incondicional de los vecinos de la zona, que, como en el caso de aquel Alvia, ayudaron al operativo profesional movilizado, el cual actuó con rapidez.

El siniestro tuvo lugar sobre las 9.25 horas, en un tramo de vía recto, justo a la entrada de la estación de O Porriño. Por circunstancias que no se aclararon ayer, el tren se salió de la vía, chocó primero contra un puente, la máquina locomotora volcó y acabó impactando contra la base de hormigón de una torreta de electricidad.

Como consecuencia del impacto, tres personas fallecieron en el acto: el maquinista, José Arnaldo R., de 47 años y originario de la localidad portuguesa de Ermesinde; el interventor, Miguel Ángel V., de 66 años de edad y nacido en Lugo; y un turista norteamericano, que tuvo que ser excarcelado.

Asimismo, otro trabajador de Renfe, un joven vigués de 23 años de edad, Joaquín Rodríguez, fue trasladado en estado muy grave al Hospital Álvaro Cunqueiro (HAC) de Vigo, donde falleció poco después.

Por otra parte, otras 47 personas resultaron heridas de diversa consideración, y fueron trasladadas a diversos centros sanitarios. Entre los heridos hay personas de, al menos, ocho nacionalidades, aunque la mayoría, 26, son españoles.

El tren pertenece a la empresa portuguesa Comboios, la Renfe lusa. En él viajaban 69 personas. Conocido como el tren Celta, consta de tres vagones y cubre la línea entre Vigo y Oporto. Según confirmó Renfe, cada día circulan dos trenes internacionales por sentido en ese mismo recorrido.

“Es un tren muy antiguo”, insistía ayer la alcaldesa de O Porriño. En concreto, el aparato tenía 30 años. Estos convoyes fueron adquiridos por Renfe en los años ochenta y alquilados a Comboios para cubrir este servicio. Efectúa paradas en las estaciones de Valença, Viana do Castelo y Nine, se mueve gracias a cuatro motores de combustible diésel y alcanza en torno a los 120 kilómetros por hora como velocidad máxima.

causas del accidente Sobre las causas del accidente, todas las hipótesis están abiertas. Principalmente, son tres las posibles causas que se barajan: unas obras recientes que se realizaron para que los convoyes pasaran a más velocidad, la antigüedad del aparato (años 80) y la supuesta excesiva velocidad que alcanzó en su recorrido.

En circunstancias normales este tren circula por vía libre sin desvíos, a una velocidad máxima de 80 por hora, pues no tiene parada en O Porriño. En este caso, el tren fue desviado a una vía secundaria por obras de mantenimiento en la principal.

El descarrilamiento se produjo varias decenas de metros después del cambio a vía desviada, donde debería circular a 30 por hora. Por el fuerte impacto en la cabina apuntan a que podría ir a una velocidad superior, aunque por el momento se desconoce dónde se sitúa el punto exacto del remonte.

Pese a la falta de datos técnicos, algunos pasajeros explicaron, en declaraciones a los medios antes de ser evacuados en autobús, que el tren iba “demasiado rápido”.

Un hombre, que viajaba en el convoy con su mujer (herida leve en una pierna), mostró su sorpresa a los periodistas porque “el tren iba demasiado rápido para lo viejo que era”.

Asimismo, otra pasajera, que viajaba en el tercer vagón e iba dormida en el momento del impacto, señaló que el tren “iba rápido” y “bastante lleno”. Esta chica resultó herida leve al sufrir un golpe en la cara.

Respecto a su antigüedad, el pasado jueves el convoy accidentado pasó una revisión de Comboios en Oporto. En mayo, superó otra de Renfe. “El tren cumplía todas las garantías”, aseguró ayer el ministro de Fomento Rafael Catalá. Hace cuatro meses pasó un chequeo “rigurosísimo”, según el ministro de Justicia en funciones, en el que se comprobó que contaba con todos los requisitos para estar en circulación con normalidad.

Catalá señaló que aún no se conocen los detalles del siniestro, por lo que pidió “no especular” sobre si la velocidad del tren era inadecuada. Así, explicó que habrá que analizar las cajas de registro del tren, cuyo contenido ya fue extraído y está custodiado, a disposición del Juzgado de instrucción número 2 de O Porriño. Del mismo modo, el material rodante siniestrado (locomotora y vagones) será retirado y depositado bajo custodia, a disposición del juzgado.

inspección a fondo El titular de Fomento, en todo caso, precisó que este tren, un modelo diésel de la serie 592, pasó por una inspección en mayo que incluyó “prácticamente el desmontaje completo del tren”, y otra revisión menos minuciosa el pasado jueves.

“Tanto el tren como el maquinista tenían todas las certificaciones y garantías”, apuntó, y recordó que los conductores del tren Celta -que son españoles y portugueses, y hacen desde hace unos cinco años el tramo completo- recibieron formación específica.

En la misma línea se pronunció el presidente de Comboios de Portugal, Manuel Queiró, quien incluso llegó a señalar que “nada indica que fuera un fallo humano o de material”, sino que se dieron “circunstancias anormales” que habrá que “descubrir”.

Sobre las 18.00 horas de la tarde llegó al Puesto Avanzado de la Axencia Galega de Emerxencias el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, quien trasladó, en nombre del Ejecutivo, su “pésame” a las familias de los fallecidos por el accidente.

La tragedia ferroviaria demoró el inicio de la campaña electoral en Galicia, puesto que todos los partidos políticos suspendieron los actos que tenían previstos para esta jornada y expresaron sus condolencias. Numerosas autoridades, políticos, organizaciones, sindicatos, instituciones provinciales y municipales trasladaron sus condolencias. - D.N.