La historia de la familia Sagardía Goñi podría llenar en pocos días las páginas en blanco de su historia tras el hallazgo de los cuerpos de dos menores en la sima Legarrea, en Gaztelu. El descubrimiento nace del primer día de trabajos en este emplazamiento para buscar los cuerpos de parte de esta familia: una madre embarazada de siete meses, Juana Josefa Goñi Sagardía, y seis de sus siete hijos, desaparecidos todos ellos en agosto de 1936.

La suya es una de esas trágicas vivencias familiares que dejó tras de sí la Guerra Civil. Todos ellos desaparecieron sin dejar rastro hace más de 80 años y desde entonces lo único que queda de su final es el rumor de que fueron arrojados a la sima por sus propios vecinos. Tan solo quedaron con vida el padre de familia y marido de la desaparecida, Pedro Sagardía Agesta, que se estaba encarcelado tras alistarse al requeté, y el mayor de los hijos, José Martín, que se encontraba trabajando fuera del pueblo. Él ya no podrá descubrir a ciencia cierta qué pasó con su madre y sus hermanos, pues falleció en 2007 en Pamplona.

El rumor de este crimen resuena tan fuerte que es complicado poder seguir llamándolo así, y es que en el primer día de trabajos ya se han rescatado del pozo los restos de dos niños, dos cuerpos sin nombre que tendrán que esperar a que la ciencia les dé una identidad.

El hallazgo corre por cuenta de seis arqueólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que llevan toda la semana trabajando en el lugar. Los primeros días de su trabajo estuvieron íntegramente dedicados a retirar la gran cantidad de desperdicios que había en el interior de la cueva, de 50 metros de profundidad. Fue ayer cuando comenzaron con la excavación en el suelo, localizando ya los restos de dos menores a dos metros de profundidad. A juzgar por las estimaciones de edad de los restos hechas por el equipo arqueológico se podría tratar de Martina, José o Asunción, de seis, tres y dos años respectivamente.

Las labores que están teniendo lugar en Gaztelu y que continuarán mañana, se enmarca dentro del convenio que el pasado marzo firmó el departamento de Relaciones Ciudadanas e Institucionales con la Sociedad de Ciencias Aranzadi para desarrollar un nuevo plan de exhumaciones durante 2016.

El caso de Juana Josefa Goñi y sus hijos da un nuevo cambio de rumbo, y es que solo el sumario de su causa fue abierto y cerrado en tres ocasiones entre 1937 y 1946. Existen sospechas de que esto fue debido a las presiones del coronel franquista Antonio Sagardía, tío de Pedro, quien llegó a amenazar con arrasar Gaztelu.

La asociación de familiares de fusilados Affna36 pidió el pasado diciembre reabrir este caso y encargó a Aranzadi los estudios previos con la finalidad de exhumar la sima de Gaztelu e intentar localizar los restos de esta familia. Ante todo pronóstico, su trabajo se vio interrumpido temporalmente con el hallazgo de los restos de Iñaki Indar, un joven de Legasa desaparecido en marzo del 2008.

La historia de la Familia Sagardía Goñi aparece reflejada en el libro de José Mari Esparza La Sima. ¿Qué fue de la familia Sagardía?, un estudio que indaga sobre todo lo que hasta ayer se sabía de este suceso. En su obra, Esparza alude a que el 30 de agosto de 1936 la mujer desapareció junto a seis hijos menores de edad. Una hecho antecedido de un batzarre del pueblo que acordó expulsar a la familia del mismo tras la acusación de que protagonizaban hurtos en las huertas.

El texto recoge las declaraciones de las diferentes personas que pasaron por el juzgado por este caso, entre las que se encuentra la de un vecino de Legasa que reconoció que Juana Josefa Goñi y sus hijos fueron acorralados con teas de fuego y conducidos hacia la sima. Esta afirmación gana fuerza con la confesión que, al parecer, le hizo una íntima amiga de la mujer a Pedro Sagardía tras ser liberado. Tal y como recoge Esparza, esta mujer manifestó que el último domingo de agosto fue el último día que vio a Juana Josefa. Anteriormente a ese día la familia abandonó su casa con algo de ajuar instalándose en el monte, pues había sido conminada por la Autoridad para abandonar su hogar. Según el relato de su amiga, Juana Josefa construyó una choza en el linde de los términos de Santesteban y Legasa. Ese mismo domingo por la noche aseguró haber oído tiros en el monte y a la mañana siguiente la choza había ardido.

La historia. Juana Josefa Goñi, embarazada de siete meses, y seis de sus siete hijos desaparecieron sin dejar rastro a finales de agosto de 1936. Todas las sospechas apuntan a que fueron arrojados al interior de la sima Legarrea. El hallazgo. Un equipo de seis miembros de la Sociedad de Ciencias Aranzadi localizó ayer los restos humanos de dos menores enterrados a dos metros de profundidad en el fondo de la sima. A juzgar por los huesos hallados podría tratarse de Martina, José o Asunción, que cuando desaparecieron tenían seis, tres y dos años respectivamente.

La sima. La sima de Legarrea es una oquedad en la roca situada en Gaztelu (Donamaría), en una zona boscosa. La cueva tiene una profundidad de 50 metros. A lo largo de los años se han ido acumulando en este lugar restos de animales y plantas, aunque también se han amontonado deshechos humanos arrojados a su interior como electrodomésticos, muebles, plásticos o cristales.

El libro. La historia de esta familia y su negro pasado aparecen reflejados en el libro La Sima. ¿Qué fue de la familia Sagardía?, una obra escrita por José Mari Esparza y que ofrece una muestra de todos los documentos que arrojan algo de luz sobre este misterio de la Guerra Civil.