donostia - Las obras de la incineradora de Zubieta marchan al ritmo previsto “pese las inclemencias meteorológicas”. Así lo destacó ayer el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, que explicó que “se ha superado el 50% de la ejecución global” de la obra y el 70% “en lo que se refiere a las tareas de construcción y obra civil”.

Olano realizó ayer una visita a las obras del Complejo Medioambiental de Gipuzkoa, en la que le acompañó el presidente del Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (GHK) y diputado foral de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio, que puso el acento en el hecho de que la de Zubieta será una instalación en la que más que cumplirse se mejorarán las exigencias europeas en materia medioambiental.

Con las obras avanzando a buen ritmo, Olano aseguró que para verano de 2019 estarán rematadas para dar comienzo a un periodo de prueba, por lo que la instalación comenzará a funcionar con normalidad en otoño del año próximo.

En este momento, la planta de Tratamiento Mecánico Biológico y Biosecado está casi finalizada, uno de los dos hornos de la incineradora esta prácticamente colocado e iniciada la segunda línea.

Las obras de la segunda fase, adjudicadas a FCC, se iniciarán en breve y finalizarán al unísono.

En la visita estuvo también presente el director general de GHK, César Gimeno, que recordó que “cada línea” de la planta de valorización energética tratará 100.000 toneladas de residuos al año, 200.000 en total. Duplicar la línea de trabajo permitirá que, en el caso de que una falle, la otra pueda seguir operando.

Gimeno -que explicó que actualmente trabajan en la obra una media de 200 personas, que llegarán a 500 entre septiembre y octubre- puso el acento en que la planta de Zubieta producirá la energía eléctrica necesaria para surtir a 45.000 hogares.

El director general de GHK informó del funcionamiento del complejo, que dispondrá de las siguientes zonas: planta de tratamiento mecánico-biológico, planta de biosecado, área de incineración -con los hornos y una fosa de 60 metros de ancho por 40 de alto en la que se depositarán los residuos- la planta de evaporación de gases, cuyas obras comenzarán en julio, y una instalación de embalado.

En esta última se podrán embalar los residuos para tenerlos en depósito hasta quince días en el caso de que una emergencia obligue a parar el funcionamiento de la instalación.

La planta de Tratamiento Mecánico Biológico ya está casi edificada y en ella se ven ya las cintas que transportarán los residuos hasta las unidades en las que se procederá a su separación. Allí se recuperarán los residuos reciclables, en un porcentaje que oscilará entre el 8% y el 10% del total que llega a esta planta.

En la zona de biosecado, muy adelantada, los residuos perderán su humedad y el 25% de su peso antes de llegar a la incineradora, que tendrá dos hornos y unas parrillas de gran tamaño donde se procederá a quemarlos.

Menos gases Tanto Olano como Asensio quisieron ayer cargar las tintas sobre una idea: “Desde el punto de vista del medio ambiente se ha sido muy exigente”.

El diputado general de Gipuzkoa recordó, por ejemplo, que la incineradora de Zubieta dispondrá de tecnología puntera en materia de depuración de gases, lo que hará posible que las emisiones se sitúen “muy por debajo de los límites fijados por la normativa europea” y las emanaciones de dioxinas serán un tercio de las permitidas.

En la planta de Zubieta, en la que se utiliza tecnología “alemana, holandesa y finlandesa”, están interviniendo las principales empresas de Gipuzkoa y de Euskadi.

Cuando esté en funcionamiento, anunció José Ignacio Asensio, el Complejo Medioambiental de Gipuzkoa pasará a ser “la principal fuente de energía renovable” del territorio que, en sus palabras, contribuirá a “disminuir las emisiones de CO2 por el ahorro de combustibles fósiles”.

Pero, además de los aspectos meramente técnicos, hay otro dato en el que Markel Olano quiso poner ayer el foco ya que, subrayó, la planta de Zubieta “creará 80 puestos de trabajo directo y otros 100 indirectos”.

En otro orden de cosas, ambos representantes forales insistieron en la idea de que con la puesta en marcha de la incineradora se está dando “respuesta al problema de los residuos de Gipuzkoa”.

En palabras de Olano, el territorio estaba avanzando hacia “el colapso” en materia de tratamiento de residuos y “la solución llegará solo con esto”.

Asensio profundizó en esta idea y declaro que con la incineradora se podrá realizar “una gestión ambiental avanzada” y se dará solución a una situación de “vertederos cerrados, un Consorcio de Residuos con deudas y mucha dependencia de otros territorios” en materia de tratamiento de residuos.