Pamplona - Las terrazas de los bares y restaurantes de Navarra que llevaban cerrados desde el 2 de octubre por la Orden Foral para evitar la extensión del virus, han podido abrir este jueves por la mañana. El Gobierno de Navarra autorizó la apertura al 100% de aforos en espacios públicos al aire libre de los locales, aunque todavía no se puede consumir en el interior. Para poder iniciar esta apertura, los hosteleros han distribuido las mesas con una distancia mínima de dos metros entre ellas. El número de personas no puede exceder de cuatro y se debe mantener la distancia interpersonal de 1,5 metros. El horario máximo de cierre de las terrazas será hasta las 21 horas y queda prohibido fumar si no se puede garantizar la distancia de seguridad de dos metros y solo se puede prescindir durante la consumición.

La secretaria general de la Asociación Navarra de Pequeña Empresa de Hostelería, Beatriz Huarte señaló que "la zona más castigada por las restricciones es el Casco Viejo, ya que la mayoría de los bares y restaurantes están en calles estrechas en las que no es posible instalar terrazas", para ello el Ayuntamiento de Pamplona está intentando encontrar otro tipo de soluciones. En el corazón de la Plaza del Castillo, en el Café Iruña, es notable su alegría por la acogida de los pamploneses y pamplonesas. "Nos han recibido muy bien y esperamos que las ganas de la gente ganen al frío de estos días", comentó una de las camareras del establecimiento.

Los clientes no tardaron en aparecer por los diferentes locales abiertos de la ciudad para quitarse las ganas de ese pintxo por lo viejo a media mañana. En el caso de Feli Lizarraga y Juana Mari Galarza, vecinas de Torrano, volver a la capital navarra con varias de sus terrazas abiertas supone una motivación, "hemos venido a pasar el día y a disfrutar de nuestro vinito y pintxo que ya se echaba de menos" explicó Feli Lizarraga. Por su parte, Juana Mari admitió que estas medidas restrictivas han hecho reflexionar a la población de que "algo no estábamos haciendo bien", ya que "somos seres muy sociables y nos gusta mucho salir y relacionarnos, este parón nos ha hecho valorar cada momento".

Para muchos, este día ha supuesto mucho más que la apertura de la hostelería, ha sido un encuentro familiar como en el caso de Angelines García, que además celebraba su cumpleaños junto a su marido y sus hijas mientras disfrutaba de un chocolate con churros en el bar Txoko. "Me siento muy feliz de poder disfrutar con mi marido e hijas de este día, aunque no podamos juntarnos toda la familia, que somos 26 y tenemos un problema grande para reunirnos. Pero es lo que toca", explicó.

La plaza de San Nicolás se impregnaba del sonido y el ambiente de la gente que disfrutaba del aperitivo en sus terrazas. En el caso de Irati Zabaleta, de 18 años, ve que "se necesitaba ya sentir un poco el ambiente de los bares y terrazas, y estar con la gente a gusto". La joven, que se encontraba disfrutando de un pintxo de tortilla junto a su hermana y tía, valoró muy positivamente como se han cumplido las medidas de seguridad e higiene por parte de los hosteleros. Por otro lado, sus clientes tendrán que me mejorar un poco si quieren pasar el aprobado en medidas preventivas contra el covid manteniendo más la distancia de seguridad y llevar la mascarilla en todo momento, salvo cuando están consumiendo. Varias son las personas a las que se ha visto incumpliendo las normas, se espera que mejore su comportamiento estos días.

Más alejados de la parte antigua de la ciudad, en Yamaguchi, la hamburguesería La Quinta ha recibido muchas llamadas con ya 90 comidas y cenas apuntadas para el fin de semana. Algunas personas han llamado hasta para reservar sitio para tomar una cerveza. En la misma zona, el bar El Pincho ha tenido una gran afluencia esta mañana, aunque ha notado un poco de descenso al mediodía. Una lluvia ligera espantó a la clientela a primera hora de la tarde hasta las 19 horas, que esperaban poder atender a alguien más.