Los daños aún no han sido cuantificados, pero no hace falta esperar a las frías cifras para comprobar que el incendio de Bera ha dejado a su paso un paisaje desolador. Los vecinos de la comarca ya han podido comprobar que las llamas han acabado con animales y han dejado enormes extensiones de terreno calcinado.

Una primera valoración realizada con cálculos aproximados indica que este domingo por la mañana habían podido arder ya unas 1.600 hectáreas, aunque no se podrá tener la certeza de la superficie quemada ni el grado de afectación a la vegetación y arbolado -sobre todo pastos, matorral y repoblaciones- hasta que se pueda reconocer la zona desde el aire, algo que las condiciones meteorológicas no estaba permitiendo.