Procedente de una familia muy apreciada en Sangüesa -su padre y su madre ya fallecieron-, el escalador muerto tras accidentarse en la sierra de Aralar, Saturnino Goñi Martín, tenía una hija de 28 años y se encontraba prejubilado. Gran parte de su vida trabajó en la General Motors de Zaragoza, en el barrio de Utebo, por lo que actualmente vivía a caballo entre Sangüesa y Zaragoza.

Sus dos grandes pasiones, según han destacado sus amistades, eran la huerta y la escalada. “Era afable, cariñoso y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. Era muy alegre y te daba vida”, ha señalado una persona allegada. La única hermana del fallecido, Mara, murió hace años también en trágicas circunstancias, al ser atropellada por un camión en Sangüesa.