El parlamentario de Navarra Suma, y profesor titular de Historia del Pensamiento Político en la Universidad del País Vasco, Iñaki Iriarte, es el principal impulsor de la Asociación Memoria y Concordia, que cuenta también como miembro fundador al profesor y expresidente del comité local de UPN en Pamplona, Román Luzán.

El objetivo, según el propio manifiesto fundacional, es “recordar a todas las víctimas y ayudar a difundir una visión de la historia que, partiendo del rechazo moral de todos los crímenes, ofrezca perspectivas plurales e integradoras de nuestra contienda civil, sus participantes y sus causas”.

Según explica el propio Iriarte, la Guerra Civil y la represión franquista “se debata de forma muy calmada” en el ámbito académico. Sin embargo, considera que “hay mucha más tensión en el ámbito político”. “Nos parece legítimo que existan diversos pareceres de lo que fue la Guerra Civil, tanto en el ámbito político como en el académico”, apunta Iriarte.

La asociación nace en Navarra, donde no hubo frente de guerra y 3.452 personas fueron asesinadas por el bando franquista en la represión de 1936 y en los años posteriores. Iriarte sin embargo subraya la necesidad de contemplar a todas las víctimas de la Guerra Civil en el análisis de la memoria histórica. “No es cierto que todas las víctimas en Navarra fueran por parte franquista. También hubo muchos navarros, sobre todo religiosos, que murieron en el exterior”, argumenta el parlamentario de Navarra Suma, que afirma que “todos los asesinatos estuvieron mal”. “Que en Navarra hubiera una escabechina no evita que cualquier asesinato estuviera mal”, insiste.

Iriarte admite que de momento su asociación ha tenido “pocas” adhesiones, pero señala que el objetivo es “abrirla al resto de España”. Respecto al apoyo de la Comunión Tradicionalista Carlista, un grupo con claras vinculaciones franquistas, señala que no es algo que le incomode. “Es un grupo pequeño. Espero que lleguen muchos más apoyos”, avanza Iriarte que incluso invita a participar “a nacionalistas y comunistas”. “No creo que el manifiesto pueda provocar el rechazo de nadie”, defiende.