Los científicos del clima están impresionados ante la intensidad y la magnitud de las inundaciones de esta semana en Alemania. Desde 1881, este país recopila datos como la temperatura o las precipitaciones y, desde entonces, hace más de un siglo, no se tenían registros de un diluvio tan destructor como el que por el momento se ha llevado consigo las vidas de más de casi dos centenares de personas en los Estados de Renania del Norte-Westfalia y Renania-Palatinado.

Mientras que el número de fallecidos no para de aumentar, -son al menos 160 los decesos confirmados por inundaciones en Alemania y Bélgica, 133 en el primer país y 27 en el segundo-, el ministro alemán de Interior, Horst Seehofer, atribuye las devastadoras inundaciones en el oeste del país a la crisis climática y pide acelerar las medidas para hacerle frente. “Nadie puede dudar que esta catástrofe está relacionada con la crisis climática”, dijo Seehofer en declaraciones a la revista Der Spiegel.

En este sentido, los científicos del clima llevan mucho tiempo prediciendo el aumento de inundaciones, olas de calor, sequías, tormentas y otros fenómenos extremos debido a las emisiones humanas de gases de efecto invernadero, pero los últimos picos alcanzados superan muchas expectativas.

“Me sorprende lo mucho que se ha superado el récord anterior”, dice Dieter Gerten, profesor de Climatología e Hidrología del cambio global en el Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam. “Parece que no solo estamos por encima de lo normal, sino que también hemos empeorado en campos que no esperábamos, como la extensión espacial y la velocidad”.

Gerten, que creció en un pueblo del área afectada, recuerda que la zona se inundaba de vez en cuando, pero no como esta semana. Los aguaceros de verano anteriores han sido igual de intensos pero afectaban a una zona más pequeña, y las pasadas tormentas de invierno no elevaban los ríos hasta niveles tan peligrosos. “El episodio de esta semana es totalmente atípico para la región; ha durado mucho tiempo y ha afectado a una zona amplia”.

Los estragos por unas inundaciones de “dimensiones históricas”, en palabras de Armin Laschet, primer ministro de Renania Palatinado empezaron a revelarse el jueves, jornada que se cerró con 50 fallecidos confirmados. Se teme que el balance final sean aún mayor, dada la enorme destrucción provocada por las aguas y corrimientos de tierras.

En la ciudad de Heinberg, cercana a la frontera con Países Bajos, hubo que proceder anoche a evacuar a cientos de personas tras romperse un dique de contención.

En otras poblaciones afectadas empezaron las labores de desescombro. Se avanza entre el miedo a lo que surgirán bajo las montañas de tierra, casas destruidas y todo tipo de enseres, y la esperanza por los pronósticos meteorológicas, ya que no se prevén más precipitaciones destacables este fin de semana.

Se trabaja asimismo incansablemente por restablecer los servicios básicos. Unos 100.000 habitantes siguen sin suministro eléctrico, el tráfico ferroviario permanece seriamente afectado o cortado, en los puntos más álgidos, lo mismo que algunas carreteras.

Los mayores daños se han producido al desbordarse afluentes del Rin, el Mosela y otros grandes ríos de la región, incapaces de absorber el volumen de las aguas.

El punto más castigado es el distrito de Ahrweiler, vecino a la ciudad de Coblenza. Se trata de la cuenca del Ahr, afluente del Rin y uno de los puntos álgidos de estas inundaciones.

El Consejo de Ministros de Alemania abordará previsiblemente el próximo día 21 un paquete especial, en el que se contemplan tanto ayudas directas a los afectados como a la reconstrucción de las infraestructuras arruinadas en la región.

En ello juega un papel más que relevante el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, aspirante socialdemócrata a la cancillería, además de vicecanciller en la gran coalición de Merkel.

El titular de Finanzas ha estado omnipresente estos días en las zonas afectadas y ya ha manifestado que no se escatimarán recursos.

Hasta ahora no hay una evaluación ni siquiera aproximada de la cuantía de los daños. En las inundaciones de 2013, menos dramáticas pero que afectaron a ocho de los 16 ‘Länder’ del país, el Ejecutivo aprobó un paquete especial de 8.000 millones de euros.

Hay consenso general en la necesidad de acelerar la lucha contra la emergencia climática, caballo de batalla prioritario y esencia programática de los Verdes, segundos en intención de voto -tras los conservadores de Laschet- de cara a las generales.

Annalena Baerbock, aspirante verde a la Cancillería, también se ha desplazado a las regiones inundadas y recordado desde ahí que sus alertas sobre la emergencia climática no surgen, de pronto, por efecto de la inminencia de la tragedia.

Laschet, quien tuvo una gestión errática en los peores momentos de la pandemia, contraria a la línea cautelosa de Merkel, tiene ante sí una nueva oportunidad desde su posición de líder en el Land y sucesor “natural” de Merkel.

Scholz, por su parte, podría por fin despegar en los sondeos, que hasta ahora le relegaron a la tercera posición, tras los Verdes.

A la canciller alemana se la espera hoy en la región afectada, de vuelta el viaje oficial por EEUU donde la sorprendió la catástrofe, que la forzó a una gestión virtual de la crisis. Desde ahí ha estado “en continuo contacto” con las autoridades regionales.

La AEMET avisa de que aumentarán las lluvias torrenciales. La Agencia Estatal de Meteorología ha relacionado las inundaciones en Alemania y Bélgica con el cambio climático, y ha avisado de que las lluvias torrenciales serán cada vez más frecuentes.

La Organización Meteorológica Mundial, alerta del verano boreal. La OMM ha asegurado que el actual verano en el hemisferio norte trae condiciones “sin precedentes”, como olas de calor en Norteamérica o inundaciones en el centro de Europa.