Hablar de fiestas es, en muchos pueblos de Navarra, un verano con vaquillas. Por ello, un año sin encierros, ni actos taurinos en las calles ha sido duro para el sector ganadero. Algunas ganaderías tienen contratadas sueltas de vaquillas en plazas de toros portátiles, pero la mayoría no podrá trabajar de manera regular durante.

La ganadería Eulogio Mateo, situada en Cárcar, es una de las afectadas a causa de la pandemia y de las medidas establecidas para controlarla. Un verano normal a partir de San Fermín llegaba a ofrecer espectáculos prácticamente diarios.

De la misma manera lo hacía la ganadería Bretos Fernández, quienes ofrecían actos todas las semanas hasta mediados de septiembre. “Iríamos a unos 30 pueblos”, explica su propietario Óscar Bretos. Bera, Falces y Cáseda son algunas de las localidades a las que solía ir la ganadería de Miguel Reta.

En Navarra hay aproximadamente 40 ganaderías, de las cuales 30 viven al 100% de los festejos taurinos, según explica el presidente de la Asociación de Ganaderos Bravos de Navarra, Víctor Arriazu. Su propia ganadería sufrió las consecuencias de las cancelaciones del año pasado. “En 2020 realizamos cinco festejos taurinos, pero la mayoría de nuestros compañeros no hicieron ninguno”, explica.

Ante esta situación, el Gobierno de Navarra aprobó, en noviembre, el pago de las ayudas de Desarrollo Rural al ganado de lidia por un importe total de 750.000 euros. “Recibimos una ayuda de 30 euros por res, que viene a ser su alimentación por tres meses”, cuenta Reta.

Este verano, para el sector, estaba muy incierto. En un primer momento, el 29 de junio el Departamento de Salud de Navarra presentó una Orden Foral que autorizaba los encierros con vaquillas en los espacios habilitados para ello. Aunque parecía que había una mínima posibilidad, esta semana se aprobaba la prohibición de estos actos. Al sector solo le queda una opción, las plazas portátiles. Sin embargo, para ellos esto no es suficiente, ya que, según Reta, durante los veranos, el 30% del trabajo se hace en las plazas, mientras que el 70% se debe a los festejos de calle.

Estas medidas han hecho reducir el trabajo de las ganaderías, como menciona Eulogio Mateo: “Nos hemos visto afectados un 95%”. En consecuencia, la mayoría han tenido que sacrificar animales, como Reta que ha matado 120 vacas, por la imposibilidad de alimentarles.

Aunque ninguna de estas ganaderías ha cerrado, los empresarios muestran su preocupación: “El sector más perjudicado ha sido el nuestro porque no hemos recibido ningún ingreso y todos los días hemos tenido gastos fijos”, afirma Bretos.

Este año ya han solicitado una ayuda económica y, según las ganaderías, el Gobierno está receptivo. Este sector trabaja un 10% de lo que lo hacía un verano normal y esta situación para muchos es insostenible, pero no pierden la esperanza de que el 2022 sea mejor