Navarra cerró una nueva semana con los casos de Covid-19 a la baja tras detectar el domingo 29 de agosto un total de 70, segundo mejor día de los últimos 60, según datos del Instituto de Salud Pública y Laboral tras realizar 785 pruebas, con una positividad del 8,9%. Son 16 más que el día anterior 16 más que el día anteriory están por debajo de los 87 de hace 7 días y de los 97 de hace 14. Como decíamos, con este dato la semana culmina con un descenso en los positivos del 34% (612-929). Igualmente, la presión hospitalaria se relaja al bajar en 7 días el número de hospitalizaciones de 92 a 85 (-8%), y el de puestos ocupados en críticos de 31 a 25 (-20%).

La incidencia acumulada por 100.000 habitantes en los últimos 7 días baja a 93 y en los últimos 14 a 233, los mejores datos en dos meses.

El Gobierno foral ha notificado un fallecimiento en las últimas 24 horas y cinco ingresos hospitalarios, uno de ellos en la UCI. En total hay 85 personas hospitalizadas, 5 más que el sábado, y de ellas 25 se encuentran en la UCI, mismo número que el día previo.

En el apartado de vacunación, el domingo se administraron 2.895 dosis, con lo que el total de administradas en Navarra asciende a 918.569. Las personas con pauta completa son 466.372.

Ayer Pamplona volvió a encabezar el listado de contagios por municipios y zonas de salud con 18 en total, 6 de ellos en el II Ensanche y 5 en Rotxapea. A continuación, Tudela con 8 en sus dos zonas, Arbizu, Cintruénigo, Lodosa y Orkoien, con 3, y Ansoáin, Arguedas, Cascante, Sarriguren y Bera, con dos.

Tercera dosis

La dosis de refuerzo para pacientes inmunodeprimidos severos parece inminente y goza del consenso de los expertos, que, sin embargo, avisan de que generalizarla a toda la población, cuando la mayor parte del planeta aún no ha recibido un pinchazo, tendría consecuencias por las que podríamos pagar.

En España, que aspira a tener esta semana al 70 % de su población vacunada, quedan todavía 2,2 millones de mayores de 40 años por inmunizar; una de cada cuatro personas de entre 30 y 39 y de entre 20 y 29 no han iniciado la pauta; los adolescentes apenas acaban de empezarla; y solo el 22 % tiene las dos dosis.

Israel comenzó a aplicar la tercera dosis a finales de julio a personas inmunodeprimidas y mayores de 60 años y ayer anunció que la extenderá a todos los mayores de 12 años; Estados Unidos pretende empezar a dársela a los mayores de 18 años a partir del 20 de septiembre.

En el Estado, la ponencia de vacunas lleva desde julio trabajando en un posicionamiento que se espera conocer a lo largo de esta semana; la propuesta tendrá que ser elevada después a la Comisión de Salud Pública antes de ser refrendada por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

Así lo avanzó el pasado miércoles la ministra de Sanidad, Carolina Darias, quien deslizó que "empieza a surgir un consenso en ciertos colectivos concretos" a los que destinar esta dosis de refuerzo, como personas con inmunodepresión.

No obstante, la ministra aguarda a conocer la postura de los técnicos de la ponencia; Sanidad también está a la espera de los resultados de los ensayos clínicos de los laboratorios, así como de la "evidencia real, los estudios observacionales".

Y también se está pendiente del criterio de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que se esperaba conocer la semana pasada, aunque, como indicó una fuente de este organismo el pasado miércoles, "aún no se ha determinado cuándo podría ser necesaria una dosis de refuerzo" ni tampoco "en qué poblaciones habría que centrarse".

Con todo, Darias dejó claro que la decisión final será de las autoridades sanitarias, que siempre adoptarán de la mano de la evidencia científica.

Dos meses después de la segunda dosis la respuesta inmune disminuye un 20%

Dos meses después de recibir la segunda dosis de las vacunas contra el SARS-CoV-2 de Pfizer o Moderna, la respuesta inmunitaria es un 20% menor incluso en los que han pasado el covid-19, según una investigación de la Universidad de Northwester (Illinois, Estados Unidos) publicada hoy en la revista Scientific Reports.

El estudio pretendía medir cuánto tiempo protegen las vacunas de Pfizer y Moderna y en qué grado frente a tres de las nuevas variantes: la de Sudáfrica, la de Brasil y la del Reino Unido.

Los participantes en el estudio -adultos del área de Chicago de todas las razas-, fueron seleccionados al comienzo de la pandemia. Todos ellos enviaron muestras de sangre dos o tres semanas después de recibir la primera y la segunda dosis de vacunación y nuevas muestras dos meses después de tener la pauta completa.

En el laboratorio, el equipo comprobó el nivel de anticuerpos neutralizantes en cada fase.

"Al analizar las muestras de sangre de los participantes recogidas unas tres semanas después de su segunda dosis de la vacuna, el nivel medio de protección fue del 98%, lo que indica un nivel muy alto de anticuerpos neutralizantes", explica Thomas McDade, biólogo de la Universidad de Northwestern.

Al comprobar el nivel de anticuerpos tras la segunda dosis en las variantes emergentes B.1.1351 (Sudáfrica), B.1.1.7 (Reino Unido) y P.1 (Brasil), los científicos constataron que era significativamente menor, de entre el 67% y el 92%.

En cuanto a las muestras recogidas dos meses después de la segunda dosis (pauta completa), los científicos comprobaron que la respuesta de los anticuerpos disminuía cerca de un 20%.

Los investigadores también descubrieron que la respuesta de los anticuerpos a la vacunación variaba según hubiera sido la infección previa: los que habían pasado el virus con síntomas moderados tenían un nivel de respuesta inmune mucho más elevada que los que habían dado positivo pero habían sido asintomáticos o tuvieron síntomas leves.

El hallazgo es importante porque muestra que la exposición previa al SARS-CoV-2 no garantiza un nivel alto de anticuerpos, ni una respuesta robusta de anticuerpos a la primera dosis de la vacuna.

"Muchas personas, y muchos médicos, asumen que cualquier exposición previa al SARS-CoV-2 evita la reinfección. Siguiendo esta lógica, algunas de las personas que lo han pasado creen que no deben vacunarse o, si se vacunan, piensan que sólo necesitan una dosis", advierte McDade.

Además, "en el caso de las personas que tuvieron infecciones leves o asintomáticas, su respuesta de anticuerpos a la vacunación es esencialmente la misma que la de las personas que no han estado expuestas previamente", advierte el investigador.

Y aunque la investigación se realizó antes de la aparición del virus Delta, que es altamente contagiosa, las conclusiones se pueden extrapolar, aseguran los autores.

"Respecto a la protección tras la vacunación, la conclusión es la misma para todas las variantes, incluida la Delta: la vacuna proporciona una buena protección, aunque no tan buena como para la versión original del virus, para la que fue diseñada. Esto, unido al hecho de que la inmunidad disminuye con el tiempo, aumenta nuestra vulnerabilidad a la infección".

"Por lo tanto, en este momento hay dos ataques: el de la variante Delta y la disminución de la inmunidad entre la primera oleada de vacunados", concluye McDade.