El ciberdelito alcanzó cotas muy preocupantes durante el primer año de pandemia y se está asentando como una de las modalidades delictivas más en auge en los últimos meses. Pero no solo ha crecido la actividad criminal en número, sino que la gravedad de los procedimientos que se incoan originados en el ámbito de las nuevas tecnologías y que afectan además a víctimas menores de edad han sufrido un repunte considerable.

Cada vez hay más delitos informáticos que afectan a la infancia y que atentan contra la libertad sexual de niños y adolescentes, presas muchas veces de mafias sin escrúpulos o de depredadores sexuales que encuentran en la inmensidad y el anonimato de la red el amparo oportuno a sus delitos. Navarra no fue ajena en 2020 a que las denuncias de actuaciones que atentan contra la libertad e indemnidad sexual de los menores, que se han incrementado un 55%, según refleja la Memoria de la Fiscalía navarra.

En concreto, en menores suben los delitos de pornografia infantil (21 en 2020 por 4 el año anterior), corrupción de menores (26 por 18) y acoso sexual informático (15 por 8). En total 62 delitos a menores en este ambito por 40 del año anterior.

Grave evolución en los datos

La Fiscalía General del Estado destaca en lo relativo a este importante crecimiento de los delitos de este ámbito, que tienen su reflejo también a nivel estatal, que "merecen una consideración independiente por su gravedad y preocupante evolución". A nivel estatal, el total de procedimientos por hechos de esta naturaleza cometidos en el entorno tecnológico asciende a 1.438, lo que supone un porcentaje del 8,5% de todos los incoados en el año memorial, y un incremento del 18,45% respecto de los 1.214 registrados en 2019.

De esta forma, en la quincena de asuntos denunciados en Navarra correspondientes con el conocido como child grooming, sancionados en el art. 183 ter del Código Penal, que castiga a la persona que contacte con un menor de 16 años para concertar un encuentro y cometer un acto de carácter sexual, o bien para embaucarle con el objeto de que le facilite material pornográfico.

En cuanto a las anotaciones por delitos de pornografía infantil y/o de personas con discapacidad, hubo en 2020 hasta 21 denuncias por actos delictivos de esta índole. La Fiscalía recuerda en este sentido "la perversa incidencia que ha tenido en estas gravísimas conductas el obligado confinamiento de los ciudadanos a causa de la pandemia, y también a la preocupación que dicha circunstancia está generando en los organismos nacionales e internacionales".

Además, recuerdan desde el Ministerio Público, las cifras relativas a los delitos de acoso sexual a menores responden claramente a esta situación, pues dan cuenta de un aumento muy significativo de procedimientos incoados por estos ilícitos motivado, en parte, por el mayor número de agresiones de esta naturaleza y también por la creciente sensibilización de progenitores, cuidadores y tutores ante la especial vulnerabilidad de los y las menores frente a los depredadores sexuales que ha dado lugar, como consecuencia, a un aumento en el número de denuncias presentadas".

Dentro de los matices de esta tipología delictiva, la Fiscalía añade que "lamentablemente es frecuente que en muchos de los procedimientos judiciales incoados por hechos de esta naturaleza se investiguen y enjuicien conjuntamente una diversidad de acciones atribuidas a una misma persona, pero reiteradas en el tiempo y ejecutadas respecto de un número más o menos elevado de menores".