El último informe epidemiológico publicado por el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN) recoge el incremento registrado a partir de los datos de diagnóstico elaborados por el servicio de Microbiología del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) en la incidencia de casos de linfogranuloma venéreo (LGV), una infección de transmisión sexual emergente de la cual se han confirmado 17 casos en lo que llevamos de año, frente al máximo de ocho detectados en años previos.

El LVG está causado por la bacteria Chlamydia trachomatis y se puede contraer cuando se mantienen relaciones sexuales sin preservativo con una persona que tiene la infección, por vía anal, aunque también vaginal y, menos frecuentemente, a través de sexo oral.

Los hombres que tienen múltiples parejas sexuales y mantienen relaciones sexuales sin protección son los que tienen mayor riesgo de infección. Todos los casos de este año se han registrado en hombres adultos jóvenes y su presentación fue en forma de proctitis (inflamación del recto), ha informado el Gobierno de Navarra.

El informe epidemiológico recoge la importancia de tener presente la posibilidad de esta enfermedad en la atención sanitaria, "ya que puede confundirse con otros procesos y retrasar el diagnóstico, favoreciendo el aumento de los contagios".

SINTOMAS HABITUALES

La enfermedad puede no causar síntomas. Cuando los hay, los más frecuentes son dolor en el recto, heces con sangre o sangrado rectal, emisión de mucosidad por el ano o con las heces y estreñimiento o sensación de no poder vaciar el intestino (tenesmo). Puede aparecer una pequeña pústula indolora en la zona rectal que posteriormente se convierte en una úlcera. Esta puede desaparecer en unos días, sin tratamiento médico. De 2 a 6 semanas después suele aparecer inflamación de los ganglios inguinales y formación de abscesos con secreción de pus. Puede existir dolor abdominal o lumbar. Al mismo tiempo, se puede notar malestar general, escalofríos, fiebre, dolor muscular o en articulaciones.

Sin tratamiento, la evolución de la enfermedad suele ser prolongada y producir gran incapacidad. "Si recibe tratamiento precozmente, es poco probable que el LGV cause problemas a largo plazo. Sin embargo, sin tratamiento, el LGV puede ocasionar inflamación grave de la región rectal con la formación de úlceras que causan dolor y problemas intestinales a largo plazo. También podría afectar a otras partes del organismo", ha advertido Salud Pública.

Asimismo, ha destacado que, si se tiene LGV, "es esencial que todos los contactos sexuales de los últimos 60 días de la persona afectada consulten a su médico. De esta forma se evita contraer nuevamente la infección y además la pareja podrá tratarse en caso de necesitarlo y no desarrollará complicaciones". Aunque se haya tenido LVG en el pasado y se haya tratado correctamente, puede volver a contraerse, ya que no genera protección para toda la vida.

El linfogranuloma venéreo tiene 3 fases bien definidas:

-La primera fase se produce cuando se entra en contacto con las secreciones genitales de la persona enferma y se forma una pequeña lesión, similar a una picadura en la zona o en la piel de alrededor. La lesión sale entre 3 días y un mes después del contacto sexual y se cura rápidamente sin producir dolor ni dejar cicatriz. A veces aparece dentro de la uretra o del recto y entonces sí puede producir síntomas. Cuando se localiza en la uretra produce escozor al orinar y emisión de pus (uretritis) y cuando se localiza en el recto origina emisión de pus por el ano con dolor en el recto (proctitis).

-La segunda fase aparece días o semanas después de la primera y produce aumento del tamaño de los ganglios linfáticos de la zona próxima a donde se situó la lesión inicial. Generalmente los ganglios aparecen en la ingle, sólo en un lado en el 75% de los casos, y son muy grandes y dolorosos. Se suele acompañar de fiebre alta, dolor de cabeza y dolores musculares.

-Si no se administra tratamiento eficaz se llega a la tercera fase en la que se producen importantes úlceras y cicatrices en la zona inguinal y genital.

Los pacientes afectados o sus contactos sexuales pueden acudir a su médico de Atención Primaria o a la Consulta de ITS del Servicio de Microbiología Clínica. Puede contactarse con esta última a través del teléfono de la secretaría del laboratorio de Microbiología: 848 422 244.