A Nagore Laffage la mataron el 7 de julio de 2008, cuando tan solo tenía 20 años. Y 16 años después, “estamos dándole vueltas a lo mismo, Nagore, para darte la voz y la palabra que José Diego Yllanes te quitó”, ha gritado Teresa Saez, portavoz del colectivo Lunes Lilas. La ciudad de Pamplona se ha reunido para recordar a la enfermera de Irun y reivindicarse en contra de la violencia machista. ”Contra situaciones como esta, solo hay una vacuna; la igualdad y el feminismo”, ha señalado .

Asimismo, este homenaje pretendía atender a otras tantas mujeres que, como Nagore, han sido maltratadas o asesinadas. En lo que va de año, han tenido lugar 657 denuncias en Navarra por violencia machista, 51 feminicidios y, más concretamente, durante el fin de semana, “cuatro mujeres y dos criaturas han sido asesinadas por el machismo. Día sí y día también nos despertamos indignadas con alguno de estos datos. Luego dirán que la violencia de género no existe; y todo lo han hecho por el hecho de ser mujeres”, ha denunciado una de las miembros de la asociación.

Con la txalaparta de fondo, Teresa Saez ha recordado que “solo el sí es sí. Estamos aquí para decir que no a un sexo en las fronteras patriarcales que pretenden que los hombres sean incapaces de imaginarse otra cosa que no sea la mujer complaciente a la que le gusta lo mismo que a ellos. Ven jolgorio y diversión en una violación”.

No olvidar a su niña

Aunque el pueblo navarro se reúne cada año para recordar que el 7 de julio de 2008 se cometió una injusticia, hubo una mujer que con cada lágrima encontraba un motivo para no olvidar. Se trata de su madre, Asun Casasola. Al principio, se mostró agradecida con el buen recibimiento que la ciudad siempre tiene. “Sois unos valientes. Estamos consiguiendo muchas cosas por la lucha gracias a que salís a la calle y ayudáis a las víctimas. No sabéis el bien que hace ver vuestro apoyo”, ha dicho emocionada.

De hecho, ella consideraba que toda esta colaboración ha permitido que se le denegara a José Diego Yllanes el derecho al olvido. “Esto es un avance que se ha conseguido gracias a la ciudadanía”, ha sostenido. Incluso, mencionó que se mostraba “encantada” con que la justicia respondiera así, ya que “si se lo hubieran concedido, yo no podría ir por los pueblos y colegios para contar quién fue Nagore y qué pasó con ella; para que no haya otras Nagore".

En ese sentido, este compromiso con la sociedad tiene, precisamente, el objetivo de que el mundo recuerde a su hija, a todas las víctimas que se cobra la violencia machista. “Suelo ir por los colegios para que la gente pueda conocerle su historia porque quiero que el mundo cambie”, ha mencionado. Asimismo, aunque esta labor contribuya al cambio, también le permite a Asun poder mantener vivo en ella el recuerdo de su hija: “Es que yo no me puedo olvidar de que mi niña existió”, ha concluido.