Lunes 14 de octubre, tarde de otoño. Tres nombres propios sobradamente conocidos, Juan Cruz Alli (Pamplona, 1942), Román Felones (Los Arcos, 1951) y Patxi Zabaleta (Leitza, 1947), moderados por el editor de Mintzoa, Aritz Otazu, debaten en un acto organizado en el Nuevo Casino de Pamplona por EDITARGI (Asociación de Editoriales independientes de Navarra). El tema de partida se centraba en los 130 años de la Gamazada. La sala estaba llena, seguramente con la expectativa de que aquel triunvirato derivara el debate a reflexiones de carácter más actual y político. Así fue.
La Gamazada y el éxito de la movilización
El encuentro comenzó ceñido a la Gamazada. “La Diputación saltó frente al intento de Gamazo de extender la fiscalidad general a Navarra, y movilizó al pueblo navarro, incluidos a los que no eran propietarios de fincas, pero que se vieron estimulados por la defensa del fuero”, explicó Juan Cruz Alli. “Los diputados lo vendieron muy bien. Todos eran de la alta burguesía. De los siete existentes, cinco eran liberales y dos carlistas, pero socialmente todos eran de la misma clase”.
Como es sabido, el Gobierno español y la reina regente cedieron ante el pulso, dado el recuerdo cercano de los conflictos carlistas. A juicio de Alli, la Gamazada fue una “operación política diseñada por la Diputación y la clase dominante que esta representaba. Una oligarquía familiar y económica entrelazada”.
Fuerismo clave
Para Patxi Zabaleta, los fueros son un “derecho histórico” de una “colectividad humana” a lo largo de generaciones. Estos derechos, según dijo, deben defenderse “por encima de diferencias sociales y políticas, porque afectan a la identidad personal y social, y a la persistencia de ese colectivo. Zabaleta ve en la defensa de la bilateralidad y de lo que hoy se llama ‘Convenio’ y ‘Concierto’ un denominador común subsistente en la actualidad.
Román Felones destacó la democratización de la reivindicación foral. La Cortes de Navarra, señaló, estaban formadas por tres estamentos: el militar, el eclesiástico y teóricamente el popular, representado por las autoridades políticas de una serie de villas, donde en realidad no había “ni rastro del pueblo”. Felones cree que la Gamazada fue “un salto cualitativo” dada la dimensión de la participación popular, si bien cree que el episodio quedó más bien como “un golpe de atención”.
Juventud y globalización
Preguntado Alli por el papel que puede desempeñar la juventud en la preservación de la identidad navarra y de la historia de la Gamazada, el expresidente tiró de lucidez. “Los cambios sociales son también culturales y de mentalidad”. Y aunque la globalización ha generado “fenómenos de introspección, trasciende la voluntad de las personas”. “El papel de los jóvenes”, afirmó, “es ser fieles a su realidad, estar en la sociedad en la que están, y aportar todo lo que puedan a esa sociedad en la que viven. No creo que sea una función de la juventud aislarse para volver a un pasado que nunca llega”.
Alli destacó también el auge del “presentismo”. “El pasado es una referencia que cada vez tiene menos peso en la sociedad actual”, constató, pero “el presentismo vive activamente el presente sin atreverse a lanzarse al futuro, porque lo ve inaprensible, cada día más complejo, y con más miedos y riesgos”, mientras, por ejemplo, un fenómeno como el de la Inteligencia Artificial ya está condicionando nuestro presente”.
Tiempos de “presentismo absoluto”
De ahí, añadió Alli, que se esté configurando un “presentismo absoluto, omnipotente e ilimitado”, porque como el futuro parece incontrolable y lleno de incertidumbres, “lo que estamos haciendo es prolongar al máximo el presente”, hasta que una crisis determine un cambio de ciclo.
En conclusión, alentó el expresidente, “la juventud tiene que formarse, trabajar, tener criterio, pensar y proyectase hacia el futuro y no quedar condicionada por el pasado. El pasado, pasado está, no vuelve, ni justifica nunca el presente”, dijo un tanto provocativo. Alli se preguntó retóricamente qué tienen que ver las Cortes de Navarra “mitificadas poco menos como una realidad casi divina” en una sociedad estamental, con lo que son hoy las Cortes y el Parlamento de Navarra. “Quien construye el futuro son las sucesivas generaciones con su esfuerzo y con su aportación, y el reto de los jóvenes es siempre mirar al futuro”, zanjó quien un día lideró la hoy extinta CDN.
El ex mandatario socialista Felones, abogó por un “fuerismo cívico”. “La Navarra democrática no tiene casi nada que ver con la anterior. Hasta 1950 la inmensa mayoría de los navarros solo tenía por objetivo vital sobrevivir, porque no se llegaba a mucho más”. A su juicio hoy a los jóvenes “el historicismo no les lleva a ningún sitio”, por lo que el fuero “tiene que estar apoyado fundamentalmente en los derechos y libertades” de la ciudadanía navarra. “Solo en la medida en que esta forma de organizarse, de capacidad de autogobierno, ayude a resolver las necesidades básicas vitales” y proyecte bienestar, cree que el fuero tendrá futuro. “Si no, el panorama está muy complicado”.
Migración y mestizaje
Para Patxi Zabaleta “el pasado forma parte de la identidad personal y social”. “Todos pertenecemos a una colectividad, tan unida a la identidad personal, que es por donde se originan muchísimos problemas que hay que solucionar”. A su juicio, “el pasado no es algo que se fue, forma parte de nosotros, igual que la leche que mamamos de nuestra madre o la comida que hemos ido engullendo a lo largo de toda nuestra vida”. Eso también incluye la historia migratoria. “Hay siete millones ciudadanos y ciudadanas en Argentina que se autodefinen vascos. Son más que en Euskal Herria”, aseguró.
La “emigración fue necesaria para la mejora de la calidad de vida de la población navarra, destacó Alli, que recordó que en los años sesenta en la Diputación “había gente que consideraba que de la industria solo se derivaban riesgos para la tradición, para Navarra y su cultura. Y la sociedad no solo ha sobrevivido, sino que ha mejorado y se ha transformado sustancialmente”.
Alli constató que el cambio social y económico “lleva siempre un cambio cultural”, convencido de que la actual inmigración nos influirá como cualquier episodio histórico de calado. “Al final las culturas terminan siendo mestizas, y si algo ha habido mestizo a lo largo de la historia, ha sido el Reino de Navarra, somos producto de ese mestizaje”. Para el expolítico “no hay que tener miedo” a la inmigración. “Va a ser necesaria para mantener la renta, aunque solo sea por aquello de mantener el huevo”, ironizó.
La navarra actual
Necesidad de pactos y de prospección futura
“Los fueros están hoy constitucionalizados”, celebró Román Felones. “A algunos les parecerá muy poca cosa, pero es muy importante”, añadió el exconsejero socialista, posición que secundó Alli. Felones cree que “el Amejoramiento nos habla con claridad del modelo político que la mayoría de la población ha deseado para Navarra”, con la posibilidad abierta, según enunció, de “formar parte de la Comunidad Autónoma Vasca”. A juicio del hoy escritor, si no se ha usado esta facultad es por razones sociológicas. “La mayor parte de la población acepta como modelo mayoritario el de una comunidad foral en el contexto general e inequívoco de la nación española”.
Según Felones, “si algo ha caracterizado a la Navarra democrática es que ha necesitado siempre pactos, porque aquí las mayorías absolutas existieron solo en alguna ocasión, y me temo que a futuro será muy difícil que se consigan. Es inevitable que cualquier decisión sobre el futuro de Navarra tenga que ser mediante pactos, conscientes de que en cada momento de alguna forma estarán condicionados por lo que los ciudadanos llamados a las urnas hayan decidido” dentro de un sistema parlamentario.
Pensar en el futuro
Zabaleta bromeó sobre su aspiración a que un día democráticamente se derrote la tesis expuesta por Felones. El exparlamentario incidió en algunos cambios habidos y los que están por venir. “Lo que se ha votado, votado está, no se puede eso discutir”, pero subrayó que la sociedad navarra está “cambiando profundamente y tiene serias y grandes incógnitas en el futuro próximo, por ejemplo de tipo industrial con la automoción”, uno de los campos, lamentó, en los que Navarra ha perdido cualquier posibilidad de control”. “Tenemos que pensar en el futuro, aunque no vayamos a ser los protagonistas”, concluyó.