Dubái - La 87 asamblea de Interpol concluyó ayer con polémica por las denuncias de Rusia de que hubo “fuertes presiones” para el nombramiento como presidente del surcoreano Kim Yong-jang, al que apoyaba Estados Unidos, en sustitución del chino Meng Hongwei. Menos de dos meses después de la detención de Meng en China y su renuncia como máximo dirigente de Interpol, el organismo con sede en Lyon (Francia) tenía en su asamblea de Dubái la tarea de cerrar una insólita etapa de interinidad que ha liderado el propio Kim.

El surcoreano fue elegido ayer para completar un periodo de dos años improrrogables imponiéndose al aspirante ruso, Alexander Prokopchuk, cuya candidatura generó críticas por parte de EE.UU. y de países como Ucrania y Lituania, que temían una posible politización de Interpol. El presidente “ha sido elegido de manera transparente, clara, justa y es una decisión colectiva tomada por la asamblea”, defendió ayer ante los periodistas el secretario general de Interpol, el alemán Jürgen Stock, tras la clausura del evento. Stock no quiso dar detalles sobre el número de votos que recibió Kim y una fuente de la organización indicó que ese dato no se revela.

Pese a que el cargo de presidente de la Interpol tiene pocas atribuciones, limitadas a encabezar las sesiones de la Asamblea General y del Comité Ejecutivo, y que las funciones ejecutivas de la organización recaen en el secretario general, en Rusia la decisión no ha caído bien. “Por supuesto, es una pena que nuestro candidato no ganara, pero, por otra parte, si analizamos imparcialmente las declaraciones realizadas por varios países en vísperas de las elecciones, entonces resulta evidente que hubo fuertes presiones”, comentó Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, a medios locales.

Peskov, señaló no obstante que Rusia no tiene “ningún motivo” para no aceptar los resultados de la elección de ayer. - Efe