dubai/ARGEL - Decenas de miles de personas salieron ayer a las calles de Argel para insistir en cambios fundamentales para el país, durante lo que está siendo la mayor concentración en la capital del país norteafricano desde que comenzaron el mes pasado las protestas contra el presidente, Abdelaziz Buteflika.

“Si creen que estamos cansados, se equivocan. Aquí no se detiene nadie”, declaró uno de los asistentes a la protesta de Argel, el doctor Madyid Benzida. También se tiene constancia de padres que llevaron a sus hijos a una marcha, de carácter más pacífico que en otras ocasiones.

“Queremos un futuro mejor para nuestro país”, aseguraron los padres de Mohamed Kemime, de 10 años, mientras el influyente estamento clerical se sumó a la conversación pública. “Hay que ser optimistas”, declaró el influyente clérigo Mohamed Abdelkader Haider desde una mezquita en la capital. “Hay que tener paciencia”, añadió.

Desde el partido gubernamental del Frente de Liberación Nacional (FLN), se aseguró que Buteflika “ya es historia” y que su formación debe mirar hacia adelanta y apoyar a los manifestantes.

Buteflika confiaba el calmar las protestas con promesas de cambio político en un panorama que ha sido dominado por el presidente y la élite de su partido desde hace décadas.

Además, un exministro que forma parte del círculo cercano de Buteflika aseguró que el presidente no puede sobreponerse a la creciente presión social de los argelinos. “Se acabó. Buteflika no tiene más opción que renunciar”, afirmó.

El lunes, en un mensaje atribuido a él mismo, Buteflika, de 82 años y gravemente enfermo desde 2013, anunció su renuncia a la reelección en las elecciones presidenciales del 18 de abril y el aplazamiento de estas, tal y como se le exigía desde que las manifestaciones arrancaron, el pasado 22 de febrero.

Sus opositores creen que está incapacitado para gobernar tras el infarto sufrido en 2013.

En el mensaje se ordenaba, asimismo, la apertura de un periodo de transición sin fecha límite tutelado por un gobierno de concertación y la creación de una Conferencia Nacional que buscaría un nuevo candidato.

Un plan en el que la pieza angular es el antiguo ministro de Interior, Nouredin Bedaui, elegido nuevo jefe de gobierno, y que para la mayoría de los argelinos no supone más que “una maniobra del régimen”, apoyada desde el exterior, para mantener sus privilegios y no pagar por sus desmanes.

“Macron, ocúpate de tus chalecos amarillos. Esto es Argelia”, se leía en una pancarta en alusión a la decisión del presidente francés, Enmanuel Macron, de apoyar públicamente el plan establecido en el mensaje atribuido al presidente Buteflika. - E.P./Efe

Ladjar Brahimi, al frente de la Conferencia Nacional. Al frente de la Conferencia Nacional se encuentra el diplomático Ladjar Brahimi, de 85 años. Muchos manifestantes ven en Brahimi no solo a un anciano sin conexión ni con el país ni con la juventud, sino a un hombre muy ligado al régimen.