Bruselas - El debate entre spitzenkandidaten celebrado este jueves en Florencia era el primer encuentro con los principales candidatos a presidir la Comisión Europea. Los líderes de los conservadores, socialistas, liberales y ecologistas confrontaron sus postulados sobre el futuro de la Unión Europa y partieron de posiciones muy diferentes. Sin embargo, los cuatro afrontan los próximos comicios con un frente común: vencer al euroescepticismo y defender el proyecto europeo. La Vila Salviati de Florencia, la imponente sede del Archivo Histórico de la Unión Europea y del Instituto Universitario Europeo, ha acogido este jueves el primer gran debate de cara a las elecciones europeas del 26 de mayo. No estaban todos los candidatos, pero desde luego sí participaron quienes representan las opciones de futuro más factibles para el bloque comunitario. Fue además la primera ocasión para ver a los líderes de las tres principales fuerzas de la Eurocámara, el Partido Popular Europeo (PPE), los Socialdemócratas (S&D) y la Alianza de Liberales y Demócratas Europeos (ALDE), contraponer sus ideas y diferentes planes para el futuro de la Unión con Los Verdes, quienes según la proyección de escaños de la propia Eurocámara solo se convertirían en sexta fuerza del Parlamento pero cuarta en el sector europeísta.

Aunque las diferencias fueron evidentes desde el principio. Guy Verhofstadt, representante de los liberales, se presentó en su discurso inicial como una rara avis entre los contrincantes. Él era el único que acudía al debate no en calidad de spitzenkandidaten, sino como uno de los siete líderes que ALDE ha propuesto para liderar su campaña electoral, su denominado Team Europe. En una ardua defensa de las listas transnacionales, un modelo “más democrático” según el político belga, Verhofstadt criticó el modelo impuesto de candidatos a presidir la Comisión Europea y aprovechó para anunciar la disolución de ALDE para refundar una “nueva fuerza de centro” con Reinassance Européenne, el partido de Emmanuel Macron, presidente de Francia. Una nueva fuerza liberal que, según estiman las encuestas, se convertirá en el tercer grupo más numeroso en la próxima Eurocámara.

en casa Discrepan, aquí coinciden El debate por momentos alcanzó bastante altura. Dividido en cinco temas principales, buena parte del intercambio dialéctico versó sobre el propio futuro de la Unión Europea. Un aspecto en el que, sorprendentemente si se compara con lo que supone un debate a nivel nacional, los aspirantes coincidieron.

El excesivo peso del Consejo Europeo en la toma de decisiones en el bloque comunitario fue uno de los espacios comunes que compartieron. Ska Keller, representante de Los Verdes, solicitó “más transparencia” para la institución que reúne a los líderes de los Estados miembros y el propio Verhofstadt la catalogó como “Senado europeo”. La eliminación de la unanimidad como norma en las decisiones del Consejo fue el punto en el que se produjo mayor consenso entre los cuatro candidatos.

Manfred Weber, líder de los Populares, y a quien todas las proyecciones dan como vencedor en las próximas elecciones, mantuvo el tono más presidencialista de entre los aspirantes y basó gran parte de su discurso en la Europa de la Defensa. “Sueño con un Ejército europeo”, señaló Weber, al que también apoyó abiertamente Verhofstadt, quien puso fecha y número a los deseos del líder de los conservadores bávaros, “20.000 efectivos para 2024”.

Este fue uno de los principales puntos de fricción entre los bloques de izquierda y derecha. Frans Timmermans, candidato de los socialdemócratas, aseguró que “no había un solo Parlamento nacional dispuesto a mandar hombres” a este proyecto de fuerzas armadas europeas, mientras que Ska Keller replicó a Weber que necesitaba “mejores sueños”. Sin embargo, los cuatro líderes sí aspiraron a crear una suerte de “FBI europeo” y mejorar en la integración de la inteligencia y defensa europeas. - Alberto S. Camarasalta