México - El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cumple seis meses en el poder con una popularidad robusta pero con las primeras bajas en su gabinete, una crisis con Estados Unidos y muchas deudas de seguridad y económicas.

Las encuestas demuestran que el pueblo sigue respaldando al líder del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que el 1 de diciembre asumió la Presidencia tras lograr una holgada victoria.

Seis meses después de su investidura, revelan un ligero desgaste, pero todavía goza de una popularidad elevada, en torno al 70%, aunque por debajo de lo cosechado meses antes.

Una retórica convincente y reiterativa y las omnipresentes conferencias matutinas amplifican un mensaje que ha cuajado en la ciudadanía. “Como en todo gobierno hay dificultades. Pero tengo que decir gracias a la vida porque nos ha ido muy bien. Estoy optimista, sin triunfalismos”, dijo en la mañanera del 29 de mayo.

Explicó que la trágica explosión de un oleoducto durante el robo de gasolina en Tlahuelilpan (Hidalgo) ha sido lo más duro. “Me dolió y me sigue doliendo”, dijo sobre esta catástrofe con 135 fallecidos. Pero aseguró que él y su gobierno “humanista” lograrán sacar a México del “atolladero” en el que cayó por culpa de sus antecesores.

Izquierdistas y humanistas contra neoliberales y minorías rapaces, verdades contra mentiras, buenos o malos. Hasta ahora, la dicotomía ha servido al presidente, pero la estrategia parece que empieza a fallar.

“El presidente mantiene una buena imagen pero había generado expectativas tan grandes que al mismo tiempo está produciendo grandes desilusiones”, dijo a Efe Khemvirg Puente, politólogo y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Está la promesa de pacificar el país, que ha visto como la violencia no dejaba de aumentar pese a que 2018 fue el año con más asesinatos en dos décadas. En los cuatro primeros meses del año suman ya 11.221 víctimas de homicidio doloso, frente a los 10.512 del mismo periodo del pasado año. Para frenar la violencia, el presidente creó la controvertida Guardia Nacional, un cuerpo de seguridad con soldados, marinos y policías y encabezado por un militar en retiro. “Esto es totalmente distinto a lo que prometió en campaña”, recuerda Puente.

Otra tarea pendiente es el combate a la corrupción, uno de sus principales caballos de batalla. Si bien es verdad que esta palabra -junto a “transparencia” y “honestidad”- impregna todos sus discursos, la realidad es que pese a acciones puntuales poco ha hecho para garantizar que no se robe. “Es el asunto más difícil y el menos visible”, explica Carlos Elizondo, profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey.

La reciente detención del dueño de la importante siderúrgica Altos Hornos de México y la orden de captura contra el exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex) Emilio Lozoya escenifica la lucha contra la corrupción. Finalmente, está el tercer gran pendiente con la economía, en horas bajas. Mientras el PIB se desaceleró 0,2% entre enero y marzo frente al trimestre anterior, López Obrador sigue apostando a que el país crecerá 2% este año. Analistas, bancos y organismos internacionales opinan todo lo contrario. El Banco de México ha rebajado esta semana la previsión de crecimiento para 2019 a un rango de entre 0,8% y 1,8%. A esto se suman las medidas arancelarias, de 5% a 25%, para todos los productos mexicanos impuesto por Trump por no frenar el flujo migratorio.