PARÍS. La protesta de los "chalecos amarillos" ha recuperado este sábado sus cifras de movilización con unos 10.300 manifestantes en todo el país, según el Ministerio del Interior, de los que 1.100 corresponden a la región de París en este Acto XXX de las protestas.

Estas cifras suponen un ligero incremento con respecto a la del sábado pasado, cuando el Gobierno reconoció 9.500 manifestantes en toda Francia.

Este sábado las protestas han traído disturbios en Montpellier, epicentro de la convocatoria de esta jornada, donde se reunieron más de 2.000 manifestantes según la Policía, 5.000 según las cifras de los "chalecos amarillos", en la céntrica plaza de la Comedia.

La Policía ha empleado gas lacrimógeno y cañones de agua para repeler a los manfiestantes, unos enfrentamientos que se han saldado con ocho heridos leves, según la Prefectura, citada por la televisión BFMTV. Cuatro de ellos son manifestantes y otros cuatro, agentes de la Policía afectados por el lanzamiento de artefactos pirotécnicos. Además hay siete detenidos.

Así la plaza de la Comedia se ha convertido en un campo de batalla que ha terminado lleno de botellas de vidrio rotas, trozos de madera y pancartas destrozadas tras varias entradas y salidas de los manifestantes y su correspondiente respuesta de los antidisturbios.

"Los manifestantes más virulentos han lanzado bombas agrícolas --parecidas a bengalas--, adoquines y botellas (...) a la Policía, que ha respondido con proporcionalidad y gran frialdad", ha subrayado la Prefectura, que destaca que no se hizo uso de las polémicas pelotas de acero recubiertas de goma o 'flashball', unos proyectiles lanzados con armas conocidas técnicamente como Lanzador de Bolas de Defensa (LBD).

Mientras, en los barrios de París se han celebrado la marcha "Los chalecos amarillos en los barrios, Acto I", que ha reunido a un millar de personas en un recorrido entre Saint-Denis y Bobigny. En la manifestación se podía ver una pancarta con la frase "Ni olvido ni perdón, 2005-2019" en referencia a la muerte de Zyed y Bouna, muertos durante una persecución policial en 2005, hechos que provocaron una ola de revueltas en los barrios con numerosas quemas de coches.

También ha habido protestas de menor calado en Marsella (200 participantes según la Prefectura), Burdeos (600), Nancy (350) o Dijon, donde ha habido trece detenidos y un antidisturbios ha resultado herido.

Las movilizaciones de los 'chalecos amarillos' comenzaron en noviembre para protestar contra la subida de los impuestos al diésel y en diciembre alcanzaron su punto álgido con las protestas contra la represión de las manifestaciones hasta el punto que el presidente, Emmanuel Macron, anunció un paquete de medias económicas para mejorar las condiciones de vida de la clase media y trabajadora.