Boris Johnson será el nuevo inquilino de Downing Street y hace así su sueño realidad tras perseguirlo durante toda su carrera política.

Tras ser elegido líder conservador con el respaldo de un 66% del electorado de su partido, tomará hoy el testigo de Theresa May como primer ministro británico y pretende hacer del éxito del brexit su gran legado.

No hubo sorpresas. El exalcalde de Londres obtuvo un total de 92.153 votos (66%) de las bases conservadoras -frente a los 46.656 votos (34%) que fueron para Hunt- tras una campaña de más de un mes, en la que ambos candidatos viajaron a todas las regiones del Reino Unido en su intento de convencer con su estrategia para poner fin a la actual situación política.

Johnson destacó por su firmeza y compromiso para sacar al Reino Unido de la Unión Europea (UE), mostrándose partidario de salir el 31 de octubre, con o sin acuerdo, pero entregando a la ciudadanía el resultado del referéndum celebrado hace tres años. Mientras, el derrotado Hunt apuntaba a que su experiencia como “empresario” le hacía ser el mejor candidato para negociar el brexit. Hunt ayer no escondía su decepción por quedarse a las puertas de ser el nuevo líder, pero se mostró seguro de que Johnson hará “un gran trabajo”. Finalmente no hubo cambios de guión y el excéntrico Johnson ganó la partida con su mensaje populista, con el que recordó su implicación en la campaña del referendo europeo y el “honor y privilegio extraordinario” que supone para él llegar a Downing Street y su compromiso a “dinamizar al país”.

Johnson llamó a tirar de la habilidad histórica de Reino Unido para equilibrar dos instintos enfrentados: el deseo de mantener una relación cercana con la UE y el deseo de que el país se pueda autogobernar democráticamente. Una intervención muy corta, pero que bien define la que pasará a ser la estrategia de Londres con Bruselas los próximos meses, en su intento de llevar a cabo el brexit, pero a que desde el bloque común le han advertido de que no hay mucho más margen de maniobra que el consensuado hasta la fecha.

Precisamente, desde Bruselas, el vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans apuntó a que no quiere apostar, como Johnson, sobre probabilidades de un brexit duro, ya que cree que “sería una tragedia no solo para el Reino Unido”, y recordó una vez más que el acuerdo que hay es el mejor posible. En el caso de Michel Barnier -el negociador jefe de la UE para el brexit- llamó a trabajar con Johnson para ratificar el acuerdo y reconoció que solo están dispuestos a rediseñar la declaración política, pero no el acuerdo alcanzado con May.

Dimisiones Johnson llega al poder con el apoyo de 160 parlamentarios de su partido y también con el respaldo mayoritario entre los conservadores, pero se enfrenta a un partido y un país profundamente divididos por los pasos a seguir en la futura relación de Londres con la UE. No en vano, las dimisiones dentro de sus filas se suceden, argumentando todos ellos el temor a que apueste por una salida sin acuerdo de la UE.

Los últimos en hacerlo, tras conocerse la victoria de Johnson, fueron el ministro de Justicia, David Gauke, del ala proeuropea de los tories. Además, el ministro de Desarrollo Internacional, Rory Stewart, también decidió hacer lo mismo tras conocerse que Johnson será el nuevo inquilino de Downing Street y horas antes hacía lo propio la ministra Educación, Anne Milton, por su “gran preocupación” acerca de un brexit sin acuerdo.

Por el contrario, el presidente Donald Trump se convirtió en el primer líder extranjero en felicitar al futuro primer ministro británico, que considera un amigo cercano: “Felicitaciones a Boris Johnson por convertirse en el nuevo primer ministro del Reino Unido. ¡Será genial!”.

También, con una alta dosis de hipocresía, Johnson rindió homenaje a la primera ministra en funciones, Theresa May, a la que criticó con dureza los últimos meses, pero para la que ayer solo tuvo palabras de agradecimiento, resaltando su “extraordinario servicio al partido y al país”. May respondió prometiendo darle todo su apoyo, llamando a su dividido partido a trabajar juntos para ofrecer un brexit que “funcione” para todo el Reino Unido y que mantenga al líder de la oposición, Jeremy Corbyn, fuera del gobierno. Precisamente, el laborista reclamó la convocatoria de elecciones generales anticipadas, argumentando que el futuro primer ministro “no se ha ganado el apoyo del pueblo, sino que solo ha conseguido el respaldo de menos de 100.000 afiliados tories, que no considera representativos del conjunto del país. Además, lamenta que el Brexit sin acuerdo que defiende Johnson implicará “recortes de empleos, precios más altos en las tiendas” y el riesgo de que la sanidad pública británica termine siendo vendida a empresas estadounidenses en el que tilda como “un acuerdo de amor con Trump”.

En el caso de norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP), su líder, Arlene Foster, confirmó que mantendrá su apoyo como socio del Gobierno británico a pesar de la llegada Johnson. Los tories gobiernan en minoría con el DUP desde 2017 gracias al apoyo de los diez parlamentarios que tiene este partido en el parlamento Westminster.